El Aero Club dice que el proyecto mejorará los espacios naturales
18 oct 2011 . Actualizado a las 06:00 h.El campo de golf que el Aero Club compostelano promueve en el municipio de Ames sigue quemando etapas burocráticas. La última es la exposición pública durante veinte días del expediente para determinar si es necesario redactar un estudio de Avaliación Ambiental Estratéxica. Los promotores del proyecto consideran que el campo de golf no necesita el citado informe porque, a su juicio, el recinto deportivo no deteriorará el medio ambiente, sino todo lo contrario, además de suponer un motor económico para Ames y los municipios cercanos a la instalación, especialmente en Val do Dubra y Santiago.
Pese a ello, la Consellería de Medio Ambiente encargó un Plan Especial de Infraestructuras y Dotaciones de la Ciudad Deportiva del Real Aero Club (PEID), cuyo documento de inicio es el que está ahora en exposición pública.
El equipo redactor del PEID incide en que los terrenos del campo no están afectados por la Rede Natura 2000 y recuerda que en septiembre del año pasado la Secretaría Xeral de Calidade e Avaliación Ambiental concluyó que no procedía someter el proyecto al dictamen de evaluación del impacto ambiental. Dos meses antes de este informe, el 14 de julio del 2010, el Concello de Ames concedió una licencia de obras menores para ejecutar los trabajos del campo de golf.
Los terrenos que ocupará el campo suman una superficie de 62,4 hectáreas calificadas como suelo rústico de protección forestal y sin que los estudios sobre la flora y la fauna concluyan que hay en ellos especies de especial interés en peligro.
El jabalí, enemigo del césped
Eso sí, el informe resalta que «el jabalí es otro mamífero a tener en cuenta porque puede causar daños notables en el césped del campo y en sus zonas circundantes».
Otra de las advertencias recogidas en el documento inicial del plan especial es que en los terreno hay zonas con pendientes del 33%, lo que debe condicionar el diseño del campo para no disparar los costes. También resalta que «las ondulaciones de la mayor parte de terreno son idóneas para implantar un campo de golf».
Este estudio diferencia claramente el escaso o nulo impacto que supondrá el campo de golf y las incidencias que hay que tener en cuenta durante las obras, minimizando el consumo de agua, depurando todos los residuos y evitando trabajos durante los períodos de cría de algunas especies, además de limitar la velocidad de los vehículos durante las obras para reducir los atropellos de animales. Pasos para fauna y comederos para aves y mamíferos son otras medidas ambientales previstas.
En cuanto a la obra, la propuesta técnica pasa por instalar las áreas sociales en la zona con mejores vistas con restaurante y cafetería en la planta baja y espacios sociales en la zona alta. En cuanto al diseño de las edificaciones, la solución adoptada, según explican los técnicos, «rememora tipologías tradicionales utilizadas en asentamientos rústicos singulares como pazos, conventos, monasterios o asilos».