El padre Isorna es, sin duda, el franciscano más conocido de Santiago y también el más veterano del convento. De hecho, hoy celebrará rodeado de compañeros sus 90 años. Pero él resta importancia a la fiesta, «será pequeña, porque llegar a los 90 ya es un privilegio», asegura.
Afirma que «llegar no es fácil ni difícil, la vida tiene sus momentos felices y otros menos felices; yo, gracias a Dios, menos la muerte de un familiar o de un amigo, no he tenido desgracias en mi vida». Su labor franciscana se ha desarrollado fundamentalmente en Santiago, a donde llegó después de algunos años en Pontevedra, Ourense y Madrid. Y su receta para llegar a los 90 años es, «vida ordenada, estar siempre ocupado y nunca enojado», pero, sobre todo, «querer bien a la gente, donde no encuentras amor hay que ponerlo y entonces lo encontrarás», aconseja el padre Isorna, que hoy recibirá el homenaje de la comunidad franciscana.