El grupo teatral Chévere ironiza sobre la globalización en «Citizen»

Patricia Cotón SANTIAGO/LA VOZ.

SANTIAGO

La Sala Nasa estrena la primera parte de la trilogía teatral inspirada en la obra de Orson Welles.

04 oct 2010 . Actualizado a las 20:26 h.

Un fondo negro como escenario, dos actores como únicos protagonistas y una historia que va desde la época de Franco hasta el día de hoy. Todo en la Sala Nasa para descubrir el entramado de los treinta años de historia que recorre Citizen, inspirada en la obra de Orson Welles.

El grupo de teatro Chévere, compañía residente, ha creado esta nueva obra en la que trata de fijar el funcionamiento de la formación teatral a espacios y entornos determinados y que aprovecha este espacio propio de actuación que supone la mítica sala santiaguesa para desplegar toda su creatividad.

Xesús Ron es el artífice de Citizen, su director, que ha creado una obra dividida en tres partes. La primera transcurre en el año 1975, justo después de la muerte de Franco; la segunda, en la última mitad de la década de los ochenta; y, la tercera, ya en el siglo XXI. A través de ocho actores estas tres partes cuentan el ascenso al éxito de un empresario que monta una tienda que se acaba convirtiendo en una de las grandes multinacionales del mundo.

La primera parte de esta trilogía se estrena en la Sala Nasa el 6 de octubre y se podrá disfrutar por nueve euros hasta el día 24 de ese mismo mes. Patricia de Lorenzo y Manuel Cortés son los dos únicos actores de este fragmento de obra, de una hora y veinte minutos de duración, que funciona de manera independiente, al igual que las otras dos partes. Estos dramaturgos encarnan a Sara C. y A.O., que mantienen una conversación a modo de entrevista en la que los dos miran al público pero aparecen mirándose el uno al otro en la pantalla negra que tienen detrás. La sencillez caracteriza a este escenario que aún así integra alguna proyección de vídeo, casetes y demás elementos traídos de la realidad, que conforman un cómputo sobrio y que refleja la realidad, con saltos entre la verdad histórica y la verdad del día a día y de la globalización.

Para la preparación de este espectáculo, el equipo de Chévere realizó tres secuencias de trabajo. En agosto hubo tres semanas donde se fijaron las líneas de trabajo a seguir, los objetivos de la obra. En las tres siguientes ya se escribió el guión y en las últimas se plasmó todo en el escenario.

El resultado ha sido una trilogía, cuyas dos partes siguientes se representarán en noviembre y febrero, y de la que se podrá disfrutar al completo en marzo, con más de tres horas de actuación. Es una creación fruto de la necesidad de mostrar la evolución de un país, la incidencia de la globalización, el transcurrir del tiempo y la propia madurez de esta compañía compostelana que, tras veinte años de trabajo, vuelve a ofrecer el arte de la dramaturgia en un escenario identificativo para ellos como es la Sala Nasa.