El nuevo Obradoiro es una risa

Juan María Capeáns Garrido
Juan Capeáns SANTIAGO/LA VOZ.

SANTIAGO

El club hace una puesta de largo social cargada de humor y presenta una directiva, unos técnicos y un equipazo con un objetivo muy serio: regresar a la ACB en un año

30 sep 2010 . Actualizado a las 02:48 h.

El Obradoiro demostró el año pasado que era un club cargado de buenos sentimientos que, por precipitación y errores propios, sucumbió a una élite muy profesionalizada en la que cuenta más la cartera que el corazón. La tensión y las caras largas vencieron a las buenas vibraciones.

El martes por la noche, en la puesta de largo social que se celebró en la sala Capitol, se demostró que el ánimo sigue intacto, y se pusieron los mejores cimientos para un proyecto con aspiraciones: respaldo social, apoyo económico y buen humor. Si la pelota entra se conquistará el cuarto pilar, el de los resultados, que tampoco funcionará si fallan los primeros: el deporte es así de sencillo.

Los empresarios que han dado un paso al frente, los directivos de la vieja guardia y representantes de instituciones públicas y privadas ocuparon las primeras filas de un auditorio que completaron animosos aficionados en un acto sencillo, sentido y muy entretenido gracias a su conductor, el humorista Roberto Vilar, y a su colega Pepo Suevos, que en su monólogo hizo todo un homenaje a la generación de compostelanos que se quedaron fascinados con la plata de la selección en Los Ángeles 84 y que pocos años después se vieron huérfanos de baloncesto al caer el Obra en desgracia.

Un par de décadas más tarde, santiagueses como el director Chete Pazo o Moncho Fernández y sus técnicos ayudantes tienen la oportunidad de poner de nuevo las cosas en su sitio, que no es otro que la ACB. Así, abiertamente, sin despachos ni abogados, de abajo a arriba, que es cuando salen mejor las cosas. Más allá de la euforia propia de este tipo de actos, en la sala nadie disimuló que el equipo confeccionado tiene serias posibilidades de ascender.

Vilar presentó a los jugadores y dio algunas pinceladas de una plantilla con muy buena pinta. El capitán Bulfoni, nexo imprescindible con la afición de Sar, ya lo anunció: «Hay un gran equipo, deportiva y humanamente». La alegría, que no falte.