«Yo concibo la pintura como una diversión, un juego»

M. Beceiro SANTIAGO/LA VOZ.

SANTIAGO

El artista expone en la sala del Araguaney veinte obras reflejo de de su trayectoria en los últimos años

18 ago 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

La sala de exposiciones del Hotel Araguaney alberga desde ayer, y hasta el 10 de septiembre, una exposición de Rafael Romero Masiá en la que el artista compostelano presenta parte del trabajo realizado durante los últimos años. La muestra consta de una veinte de obras realizadas con técnica mixta sobre distintos soportes. El conjunto se reparte en tres series bien diferenciadas entre sí.

-¿Cómo definiría usted su abstracción pictórica?

-En una de las series es una abstracción sugerente, porque presenta formas, pero un poco onírica. Sin embargo, en otra de las series es una abstracción más sugerente, con formas distintas. Y después hay una tercera en la que es una abstracción pura que solamente persigue la pura abstracción. En todas las obras la técnica es parecida -óleo mezclado con cera y lápices-, cambiando solo los soportes: tela, papel y papel encolado a una tabla.

-¿La abstracción aún es, como hace años, algo extraño para el público?

-Yo creo que todavía a la gente sigue gustándole la figuración, en general. Pero pienso que la abstracción ya no es como hace treinta años, que no vendías un cuadro abstracto ni loco.

-¿Siempre se ha movido pictóricamente en la abstracción?

-No. He pasado por una etapa figurativa, otra casi hiperrealista y por técnicas diferentes y que me he inventado. Yo es que concibo la pintura únicamente como diversión, como un juego.

-Para crear esta pintura no se sirve de recursos tecnológicos digitales.

-No. Tengo hecho algo con Photoshop , pero cosas muy diferentes. Esto solamente es trabajo de estudio.

-Usted lleva más de treinta años dedicándose a la pintura como creador y docente, en la Escuela de Arte. ¿Fue ese su objetivo?

-Siempre me gustó la pintura. Mi familia estaba plagada de militares, y yo soy un poco la oveja negra porque mis padres y tíos estaban empeñados en que fuera a Zaragoza, pero a mí no me gustaba nada. La docencia lo bueno que tiene es que te permite la libertad de hacer lo que quieras.

-¿Dedicarse de lleno hoy a la creación artística es solo cosa de privilegiados?

-Más que nunca. El cuadro te lo compras cuando tienes las necesidades resueltas. Y en estos momentos está la cosa dificililla.

-¿Se nota que la crisis tampoco ha tocado fondo en el mundo del arte?

-Sí, por supuesto.

-¿Los pintores locales que exponen en galerías tienen difícil exponer en espacios institucionales si no pertenecen a selectos cenáculos artísticos y políticos?

-Yo creo que va un poco por ahí la cosa. Yo siempre estuve al margen de estas pandillas, digamos, por carácter. No me va.