Cáritas se vuelca con los inmigrantes en su labor asistencial

Ana R. Crespo SANTIAGO/LA VOZ.

SANTIAGO

01 ago 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Las distintas acciones que lleva a cabo Cáritas en la diócesis compostelana se organizan a través de las parroquias de la ciudad. Estas funcionan como sensores de sus respectivos barrios localizando las necesidades de sus vecinos. La sede diocesana se encarga de dotar a estos sensores de los recursos necesarios para atender a todo el que lo precisa. Y es así como se teje una telaraña de ayuda y colaboración que se extiende sobre Santiago.

La consecuencia más directa del momento socioeconómico de crisis internacional que estamos viviendo es el paro, que afecta de manera muy directa al colectivo inmigrante. Para paliar estos efectos, que dejan a muchos de los que en su día probaron suerte en una tierra ajena en condiciones realmente precarias, Cáritas lleva a cabo diferentes programas. Pone a disposición de los inmigrantes que lo necesiten, por ejemplo, una serie de pisos que deben compartir pero que tienen todos los gastos pagados, tanto alquiler como luz y agua. Estos pisos de acogida llevan asociada, además, una ayuda con los alimentos. Se trata de un apoyo temporal hasta que solucionen su situación.

El Centro Vieiro, en Costa Vella, es un centro de día para toda la gente que está en la calle. Allí se les ofrece café o periódicos entre las 8 y las 19 horas (hasta las 15 horas, en verano) además de impartir cursos y talleres destinados a la inserción laboral. En torno a sesenta personas hacen uso de este servicio dirigido por una psicóloga con un equipo de voluntarios.

Otra famosa aportación de Cáritas son sus roperos. Hay tres muy grandes: los de San Pedro, San Fernando y el regentado por las Hermanas de la Caridad. Pero hay más y están todos muy bien dotados. En las horas de la tarde cualquiera que se acerque puede seleccionar aquello que necesite y ahorrarse así un dinero vital. A pesar de estar desbordados de ropa, hay algunos artículos que la organización debe reponer por sí misma y no por donativo, como son la ropa interior o los pantalones vaqueros.

Actualmente la mayor demanda de Cáritas es, sin duda, la ayuda de subsistencia. Esas aportaciones económicas para comida, alquiler o medicinas que procuran estar siempre impregnadas de una posible solución que rompa el ciclo de necesidad-asistencia que beneficia a corto plazo pero no cambia las cosas.