Lamenta que le quitasen el título de profesor al nombre de Gil Casares con que bautizó el sanatorio

La Voz

SANTIAGO

06 mar 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

A Antonio Golpe le descorazonó que eliminasen del nombre del hospital «Profesor Gil Casares» el apelativo docente. Lo habían bautizado así él y López Sendón en homenaje a Miguel Gil Casares, un pionero de la lucha antituberculosa. El ex director de dicho centro es un apasionado de Santiago y no lo disimula nada en la conversación. «Me gusta el barrio de mi niñez y adolescencia y me gusta el Santiago de siempre. Lo llevo tan dentro de mi corazón que aparte de mi familia lo que más quiero es Santiago». Reitera su nostalgia de la Compostela antigua que ha vivido con intensidad: «Hoy no se vive la ciudad como antes».