El investigador cree que se atribuyó a Calixto II la falsa autoría para dotar al escrito de la autoridad pontificia
22 ene 2010 . Actualizado a las 02:00 h.El historiador Fernando López Alsina ha investigado mucho sobre Santiago, el Camino y las peregrinaciones y quiere recuperar en este año Xacobeo el origen compostelano del Códice Calixtino, un manuscrito del siglo XII formado por cinco libros que se ha convertido en la guía por excelencia de los peregrinos. El documento incluye también textos litúrgicos, sermones y milagros del Apóstol. López Alsina dio ayer una charla en el Instituto Teolóxico Compostelán sobre las raíces santiaguesas de este legendario códice dentro los actos de conmeración del día de Santo Tomás de Aquino.
-¿En qué se basa para explicar que el Códice Calixtino fue creado en Santiago?
-Siempre se duda sobre donde y quién escribió los cinco libros de este documento. Se atribuye su autoría al Papa Calixto II en gran parte, el segundo libro sobre los milagros del Apóstol al Arzobispo Turpin, conocido por este motivo como Pseudo-Turpin y un apéndice al Papa Inocencio II. Pero es solo una ficción para dar autoridad pontificia al manuscrito, porque solo la Iglesia compostelana podía insistir tanto en la implantación del 25 de julio como día de la fiesta de Santiago y que no se perdiese la tradición romana al pasar al rito hispánico. También se nota en el ensalzamiento de los milagros del Apóstol.
-¿Qué importancia tiene el escrito en la historia medieval de la ciudad?
-Se trata de una obra muy copiada, traducida y estudiada. Todas las guías para peregrinos incluyen pasajes del quinto libro del Códice en el que se habla de los lugares que deben visitarse a lo largo de la ruta y consejos para los caminantes. Es más que eso, ya que responde a una necesidad de la Iglesia de Santiago para adaptarse a una nueva realidad que estaba surgiendo: las peregrinaciones al sepulcro del Apóstol.
-¿Qué pasajes le llaman más la atención de los cinco libros que conforman la recopilación?
-En el capítulo I del libro IV se narra la visión del emperador Carlomagno, que visionaba la ruta como un camino de estrellas. En una aparición, el Apóstol Santiago le aclara que «vendrán peregrinos a Santiago hasta el final de los tiempos». Quien concibió esa idea sabía que era necesario hacer todo lo posible para que ese anhelo se cumpliese, lo que demuestra de nuevo la autoría del Códice por la Iglesia compostelana.
-¿Por qué decidió estudiar este tema?
-Me llama la atención que ese deseo inicial de que llegasen peregrinos de todo el mundo se siga cumpliendo hoy en día y la atracción hacia la ciudad ya sea universal.