Ames promociona el trueque y el comercio justo en su cuarto mercado solidario

La Voz

SANTIAGO

20 dic 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

En plena ebullición consumista, el Ayuntamiento de Ames organizó ayer en Bertamiráns la cuarta edición de su mercado sostenible y solidario, una iniciativa con la que pretenden conseguir fondos para el desarrollo de proyectos de apoyo a colectivos desfavorecidos y al mismo tiempo recordar a los consumidores que el trueque de productos aún es posible.

Este mercado para intercambiar productos sin que medie moneda alguna arrancó al mediodía y tuvo continuidad hasta que cayó la noche. En tan amplio margen de tiempo, vecinos del municipio y de concellos cercanos acudieron a Bertamiráns con al menos seis objetos que cedieron gratuitamente a cambio de poder recoger otros tantos cedidos también por otros participantes en esta iniciativa que cada año incrementa el número de participantes, lo que anima a los organizadores a sumar nuevas convocatorias.

El Concello quiere demostrar con esta propuesta que el mantenimiento de este sistema de comercio es perfectamente válido en una época como la actual, con crisis económica y con un buen número de objetos que ya no se utilizan y que se pueden entregar a cambio de otros que sí les hacen algún servicio.

Otra de las ventajas de este tipo de transacciones es que contribuye al cuidado del medio ambiente porque reduce la producción y fabricación de objetos que se pueden conseguir de quienes ya no los necesitan.

Productos de calidad

A mayores del mercado de trueque, la plaza del Concello de Bertamiráns tuvo sitio para un puesto de la Oficina do Voluntariado de Ames, que repite experiencia ofertando prendas del ropero municipal que tienen en excedente y que están en perfecto estado, por lo que a cambio de una módica cantidad quienes las deseen pueden conseguirlas y los fondos que aportan irán a parar para proyectos solidarios.

Junto al trueque y a la compra de ropa de segunda mano, Bertamiráns hizo hueco al colectivo Panxea, que informó a los transeúntes y clientes del mercado de los sábados sobre lo que implica la compra de productos del denominado comercio justo, permitiendo la compra de los mismos a precios muy competitivos.

Para abrir boca y despejar dudas de clientes reacios, ofrecieron una degustación de café, leche, chocolate y galletas. A mayores, vendieron productos de la agricultura local envasados.