La sede social de la Fundación Caixanova en la plaza de Cervantes estará en funcionamiento a finales de febrero. La previsión fue comunicada ayer por el propio responsable de la entidad, julio Fernández Gayoso. La rehabilitación del antiguo edificio del Banco Gallego está en la recta final y prácticamente listo para su dotación interna. El presidente de Caixanova explicó que no será un centro social al uso, porque también va a asumir otro tipo de actividades dedicadas al fomento del empleo y al apoyo del tejido productivo gallego.
A ese respecto, uno de los servicios que albergará es una sede permanente de la escuela de negocios de Caixanova, así como oficinas destinadas a actividades de I+D+i.
El centro promoverá igualmente a través de talleres y otras iniciativas, la concienciación de los jóvenes en materia medioambiental y de sostenibilidad, además de poner en marcha en Santiago sus programas de asistencia e integración social, que van desde la formación para la atención a personas dependientes hasta iniciativas para la integración social y la inclusión financiera. Y, por supuesto, el centro de Cervantes albergará diferentes iniciativas culturales. Una de las ideas que tienen en mente es mostrar parte de la colección de arte de la entidad, que con 5.000 obras en sus fondos es la mayor privada de arte de Galicia.
El Pilar, más adelante
El inmueble iba en principio a acoger otros servicios, como un auditorio para la celebración de actos masivos, pero la capacidad del edificio pronto dio a entender que no era posible y que había que optar por una alternativa arquitectónica en el mismo centro de la ciudad. La encontró Caixanova en los viejos almacenes El Pilar, un local de la rúa Preguntoiro vacante tras extinguirse la actividad comercial. La remodelación del centro está en marcha, tras un sudado informe positivo de la Dirección Xeral de Patrimonio, y se espera que esté en funcionamiento en la mitad del próximo año.
Las obras de readaptación del edificio de Cervantes comenzaron en los últimos meses del pasado año y los trabajos se desarrollaron sin mayores problemas en base a un diseño del arquitecto José Luis Pereiro Alonso, bisnieto de Manuel Pereiro Caeiro, el autor del proyecto del edificio bancario. A diferencia del inmueble del Pilar, muy deteriorado y con pocos elementos arquitectónicos de interés en su interior, el de Cervantes tuvo mayor fortuna y conservó bien su estructura y sus elementos interiores.