Más que en agosto, el mes por excelencia de las grandes fiestas populares en Galicia, Santiago se descubre ante este tipo de celebraciones todavía más en septiembre. Media docena de fiestas se han celebrado en la ciudad desde que arrancó el mes. El pasado fin de semana coincidieron las de la Merced de Conxo, las de Casas Novas y las de A Peregrina. Y en Guadalupe, aunque este año no hubo festejos, los vecinos no dejaron de sacar la imagen de su virgen en procesión, como hicieron en los otros tres barrios. Les acompañó entonces una jornada veraniega, como la que tuvieron ayer quienes siguieron las procesiones de San Serapio y de Nuestra Señora de Belén. Porque las fiestas continuaron en la ciudad, al menos hasta ayer, en que prácticamente se cerró el calendario de celebraciones parroquiales, aunque todavía falta el Cruceiro da Coruña, que las organiza por San Miguel.
Conxo volvió a vivir este fin de semana envuelto en aires festivos. En esta ocasión, tocaba honrar a San Serapio, celebración también tradicional en el barrio. El rosario partió de la plaza de Praterías para recogerse en el centro de la parroquia que hasta principios del siglo XX fue municipio independiente, hasta su anexión a Santiago. La imagen del santo llegó subida a una grúa hasta el casco viejo, desde donde fue bajada a hombros hasta Conxo, en una comitiva que encabezó José Luis Vázquez Castro, portando el estandarte, y acompañado por Enrique Fernández Otero y José Luis Segade Ferreiro.
En Vite, las bombas de palenque se dejaron notar también durante la mañana de ayer. En este caso celebran a Nuestra Señora de Belén, cuya imagen salió de la iglesia de San Juan de Vista Alegre para recorrer el barrio. La música puso fin en ambos casos a sus programas festivos, con sesiones de baile al mediodía y la noche.