La preocupación cunde entre los trabajadores del Aero Club tras la orden de desalojo inminente

La Voz

SANTIAGO

14 may 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

La orden del Ministerio de Defensa que obliga al Aero Club a desalojar en cuestión de días las instalaciones de Lavacolla ha sentado como un jarro de agua fría entre los más de treinta trabajadores de la sociedad, que ven peligrar sus puestos de trabajo por cuanto, a día de hoy, no existen alternativas para que el club pueda seguir desarrollando sus actividades.

Por ello, los empleados han querido dar un paso adelante y hoy convocarán a los medios en la sede de Xeneral Pardiñas para explicar la situación en la que se encuentran y las graves consecuencias laborales que supondría la desaparición total de las instalaciones deportivas vecinas del complejo aeroportuario. La plantilla de profesionales -con puestos laborales vinculados al mantenimiento de las instalaciones, la gerencia deportiva y administrativa, monitores deportivos y otras actividades- pretende visualizar su trabajo realizado en los últimos años y aboga por un acuerdo que permita mantener el uso de las actuales instalaciones aunque sea de forma parcial y sin entorpecer el desarrollo de la nueva terminal.

El futuro de la Gentalha

Circunstancias urbanísticas diferentes también han puesto en duda la continuidad del centro social A Gentalha do Pichel. Según denuncia el Movemento polos Dereitos Civís, la sociedad con sede en un bajo de Santa Clara tendrá que asumir la instalación de un elevador para discapacitados con un coste de 10.000 euros, y deberá hacerlo en el plazo de un mes. El colectivo advierte que esta circunstancia está provocada por la presión que está ejerciendo desde el Concello el líder popular Conde Roa.