Menos de un tercio de las solicitudes de la dependencia están resueltas

SANTIAGO

El perfil de la cuidadora es una mujer de 61 años, con problemas de artrosis y con nula o escasa ayuda formal

15 mar 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

La Ley de la Dependencia sigue su camino pasito a paso, pese a que los usuarios quisieran que la velocidad fuera significativamente superior. Desde el departamento de Vicepresidencia ofrecen datos globales de las personas que solicitaron los recursos de esta legislación estatal, de las valoraciones realizadas y las ayudas concedidas, pero no se desagregan los datos por concellos, por lo que es complicado aglutinar las cifras de compostelanos que han tramitado esta ley.

El Concello es uno de los cauces para hacerlo, y los servicios sociales municipales han emitido ya 669 peticiones desde su entrada en vigor. Según los datos facilitados por la Concellería de Servizos Sociais, se han resuelto 206, menos de un tercio. Esto no significa que estas personas dependientes ya estén cobrando la ayuda al cuidador, o tengan una plaza en una residencia, sino simplemente que está concedida.

Desde el Concello recuerdan que aunque son muchos los que esperan por la resolución, los trámites se están agilizando respecto al primer año de implantación de la norma. El cauce municipal no es el único, sin embargo, y las personas dependientes o con un familiar con algún grado de dependencia también pueden gestionarlo a través de los trabajadores sociales del Servizo Galego de Saúde. Aunque la Consellería de Sanidade no facilita datos, desde uno de los cuatro centros de salud de Santiago, el de Vite, señalan que se valoraron ya otras 156 solicitudes, la mayoría ya concedidas. En total, teniendo en cuenta los datos del Ayuntamiento y los de los centros sanitarios, la cifra superaría ampliamente el millar de tramitaciones.

Mujeres en la sesentena

El centro de salud de Vite llevó a cabo un estudio en el barrio sobre las personas que se encargan de cuidar a los dependientes. El perfil refleja que se trata de una mujer de 61 años que dedica las 24 horas al día a cuidar a su familiar dependiente, normalmente su cónyuge o sus padres. En general, la mayoría de los apoyos que tienen son de carácter informal (familiares o vecinos) y en menor grado de carácter formal (ayudas públicas o servicios de residencia o centros de día).

Además, en el estudio se hizo hincapié en como se sentían, y muchas tenían problemas de depresión, ansiedad, así como de enfermedades osteoarticulares -fundamentalmente artrosis y artritis-, agravadas por los trabajos de movilidad que deben hacer con sus familiares.