Las tasas del alumnado solo cubren una décima parte del gasto de la USC

M. Cheda

SANTIAGO

03 feb 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

El presupuesto de la Universidade de Santiago para este año prevé que los derechos de inscripción de estudiantes aporten a la hucha común de Fonseca 24.124.520 euros, 2.325.520 más que durante el ejercicio anterior, lo cual equivale a un incremento porcentual de 10,7 puntos. «Destaca a boa evolución dos ingresos por matrícula, ao aumentar o número de alumnos por primeira vez na última década», valora el equipo del rector Senén Barro en la introducción del citado documento de cuentas. Sin embargo, ese dinero apenas cubrirá una décima parte de las necesidades económicas de la entidad: 24 millones largos de 250 escasos.

Por categorías, las tasas asociadas a cursos de posgrado no variarán respecto a las del 2008, pues, como entonces, supondrán a la USC 2.500.000 euros en su conjunto. Residuales por completo, las del cuarto ciclo (programa para mayores de 55 años de edad), prácticamente, tampoco subirán en términos absolutos. Las restantes, en cambio, van a experimentar un repunte superior al 12%, al pasar de 19.278.000 a 21.602.680.

Lo que el grupo de usuarios de los campus de Lugo y Compostela pague a cambio de recibir docencia servirá a la institución académica para afrontar un 9,8% de los gastos que programa ejecutar hasta el 31 de diciembre, proporción ligeramente superior a la registrada en Vigo (8,5%), pero inferior a la consignada en A Coruña (12,1%). En cualquier caso, denota que la universidad santiaguesa, en el empeño de sus responsables por alcanzar la excelencia, depende de otras fuentes de financiación.

Plenamente conscientes de ello, los gestores de la USC se centran en mejorar el estado de la tesorería, al objeto de obtener fondos vía intereses bancarios, así como en vender servicios de investigación a organizaciones ajenas. Poniendo en práctica lo primero, ganarán 1,1 millones durante el 2009, mientras que la segunda receta les permitirá embolsarse otros 15. Además, de cara al futuro, se marcan como reto «continuar na liña de acadar recursos adicionais mediante a busca de intereses comúns con outros axentes, tanto públicos como privados, ou programas europeos de diversa índole», según establece el último presupuesto de la entidad.

No obstante, ni a Barro ni a su entorno se les escapa que, por muchos esfuerzos que dediquen a recorrer ambas sendas, en el camino hacia la meta apenas avanzarán mientras no logren convencer al Gobierno gallego de la necesidad de aprobar ya un nuevo plan inversor para el sistema universitario de la comunidad. A lo largo del ejercicio en curso, mediante diversos cauces, la Xunta transferirá a la USC tres cuartas partes de los millones que esta proyecta manejar, en suma, 182,1. Serían muchos más si el Ejecutivo, en lugar de destinar a la enseñanza superior un 0,7% del producto interior bruto autonómico, reservase el 1% anual prometido.