El concello de Melide permaneció incomunicado sin teléfono ni Internet tras el paso del temporal

N.?R.?N.

MELIDE

25 ene 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Fue duro, muy duro. El último recuerdo que se tiene en Melide de algo similar data de, al menos, un cuarto de siglo. El temporal que azotó la comunidad dejó a su paso mucho más que capítulos de insomnio asociados a la angustia ocasionada por el zumbido amenazante del viento. Sus efectos hubiesen sido una prueba de fuego para el santo venerado por el don de la paciencia.

Lo que en estas líneas se cuenta es gracias a los comentarios que corrieron como la pólvora entre los corrillos vecinales de Melide, única fuente periodística para informar de las consecuencias del temporal en la zona. Obtener el parte oficial de lo ocurrido se quedó en el intento.

La localidad perdió toda conexión tecnológica para comunicarse. Sin teléfono fijo, sin acceso a Internet y con la mínima, y no permanente, cobertura en las líneas de telefonía móvil. Ése era el panorama a última hora de ayer en pleno casco urbano de la villa.

Las noticias que hasta allí llegaron por boca de la gente cuentan que el temporal dejó un reguero de desperfectos: árboles y antenas caídas y daños en letreros luminosos de establecimientos. Gracias al boca a boca también se supo que en las parroquias rurales de Melide no vieron más luz que la del día.

Más suerte tuvieron los vecinos del casco urbano, ya que los cortes se produjeron solo en los momentos álgidos del temporal, que no dejó más daños que los materiales. También dejó la calma y carga de trabajo para reponer los servicios afectados.

La crónica ni con taquígrafo hubiese llegado a tiempo a la rotativa, pues ha sido editada a golpe de dictado telefónico. La única e intermitente raya de cobertura del terminal móvil, por suerte y de aquella manera, se portó. Fue lo único bueno del día.