Denuncian que los guardias civiles se dediquen a «pasear aos políticos»

La Voz

SANTIAGO

15 ene 2009 . Actualizado a las 11:19 h.

Material escaso, coches con demasiados kilómetros, necesidad de aumentar la plantilla al menos en un cuarenta por ciento... Son solo algunos de los problemas que entorpecen la labor de los guardias civiles que prestan servicio en el cuartel de Santiago.

La situación la denunció ayer la Unión de Guardias Civiles (UGC) por boca de sus representantes, que comparecieron ante los medios para anunciar que la agrupación que representa a 7.000 agentes en toda España y a ochocientos en Galicia concurrirá el 22 de enero a las elecciones al Consejo de la Guardia Civil.

Armando Castro, de la ejecutiva de la UGC en Santiago, destacó la necesidad de reagrupar aquellos cuarteles que, por pequeños y poco dotados, resultan ineficaces.

Por su parte, el secretario general estatal de la Unión fue más allá a la hora de poner en evidencia los verdaderos problemas que, a su juicio, tiene que soportar la plantilla compostelana. En este sentido, dijo que se están estableciendo puntos de identificación «masivos», al margen de las normas que los regulan y que pasan por la autorización directa por parte del delegado del Gobierno. «Pero son autorizados polos mandos», señaló Mato, que atribuyó este tipo de mecanismos a la «medallitis» que impera en el cuartel. «Non podemos someter á poboación civil a un estado policial por esta medallitis dos mandos», añadió.

Otra de las circunstancias que motiva la protesta de la UGC es lo que Mato denomina un «sistema caciquil» que lleva a que algunos mandos del puesto compostelano todavía dispongan de conductor. «Iso supón -indicó- un axente menos traballando na seguridade de Santiago; en Galicia pérdense moitas patrullas por levar de paseo aos mandos».

Sobre el puesto de Milladoiro, lamentó la dificultad que supone para una plantilla de dieciocho agentes y seis guardias en prácticas hacerse cargo del trabajo que correspondería a treinta profesionales. «Santiago non merece unha unidade nesas condicións», dijo Manuel Mato ante los medios de comunicación.

La escasez de personal se aprecia también, según la UGC, en Lavacolla, que tiene solo un agente adscrito a la Unidad Fiscal y «dous ou tres» para ocuparse de la seguridad del aeropuerto.

Sobre la unidad de Tráfico, Mato explicó que los agentes «non se dedican á seguridade vial porque teñen que levar de paseo aos políticos e aos transportes especiais». Este último apartado se solucionó en Cataluña ofreciendo a los guardias que quieran, en sus días libres y cobrando, realizar este tipo de seguimiento.