El Ordes rompió una racha de siete jornadas consecutivas en las que no conocía la derrota y en las que sumó dos victorias y cinco empates.
En O Morrazo, en una primera parte para olvidar, encajó los dos goles que decidieron el resultado. Por parádojico que pueda parecer, ambos tantos llegaron en contragolpes del equipo de casa. Dos pérdidas de balón permitieron que el Alondras abriese el juego hacia la banda izquierda y dos centros desde ese costado concluyeron con remates de Iago y Jacobo al fondo de la red. Fueron 45 minutos de total desconcierto visitante.
Mejoría sin premio
Tras el descanso el Ordes se pareció más a sí mismo, un equipo que rara vez pierde la compostura y al que le está costando mucho marcar.
Pero en la segunda parte ya casi no se podía jugar el balón. Llovió a mares en Cangas y el campo lo acusó. Ya no era posible rasear el balón y el conjunto local no tuvo excesivos problemas para conservar su renta hasta el final.