Al final fue la vaquilla la que casi torea a los negreireses

SANTIAGO

Decenas de personas de colectivos antitaurinos se movilizaron contra la novillada de Negreira, que fue un éxito de público

22 sep 2008 . Actualizado a las 10:15 h.

Al final Negreira tuvo su novillada. Con charanga, mantillas y Manolo Escobar avisando que en los toros «no te pongas la minifalda». Y con polémica, claro. A las cuatro y media de la tarde las inmediaciones de la plaza portátil instalada junto al campo de fútbol eran todo un hervidero de opiniones confrontadas. La plataforma Galicia mellor sen touradas , en la que están integradas entidades como Adega, protectoras de animales o Equanimal, instalaron un puesto informativo en el que también recogían firmas para ayudar a varios activistas antitaurinos que saltaron a la plaza de Las Ventas y serán juzgados el 30 de septiembre.

Sara Lago, de Equanimal, recordaba que es la primera vez que se celebra un espectáculo con toros en Negreira (desde el año 1969), «e hai outras formas de divertirse, queremos que a xente tome conciencia para que non se volva facer o ano que ven». Con consignas como la tortura no es arte ni cultura , un toureiro, un asasino , o nenos pequenos, bautismo de sangue , los antitaurinos pretendían hacer mella y crear conciencia entre los negreireses. Cierto es que mucha mella no hicieron, al menos entre los cientos de vecinos que acudieron a la novillada. Lola Ferreiro recordaba los espectáculos de «cando era pequeniña», y no encuentra justificación a las protestas. «Eu estou en contra do maltrato, pero aquí so se corre diante da vaquilla», afirma.

El momento más tenso se vivió cuando la charanga irrumpió a ritmo de 1 de enero, 2 de febrero entre las decenas de manifestantes, que subieron el tono hasta llegar al enfrentamiento dialéctico. Al final la sangre parece que no llegó al río, y con un poco de retraso y al ritmo de las más canciones más típicas de las tardes taurinas ( Ese toro enamorado de la luna , Paquito el chocolatero ...), comenzó la novillada en Negreira, décadas después.

El espectáculo arrancó risas de grandes y pequeños. La primera de las vaquillas, más aguda que muchos toros de lidia, entró golpeando al primero de los valientes que le recibió a porta gaiola , se llevó por delante la capota del segundo y toreó a los jóvenes que pretendían regatearla con un balón hinchable. Hasta algún fotógrafo de prensa tuvo que echar mano de las clases de educación física del colegio para escapar del animal, que se coló por el burladero y provocó más de un susto entre los asistentes. Hubo fiesta y polémica, pero las posiciones confrontadas, no se encontraron.