Cantera de periodistas en Ordes

Jose Matamoros redac.santiago@lavoz.es

SANTIAGO

23 abr 2008 . Actualizado a las 02:39 h.

El colegio de educación infantil y primaria Campomaior, en Ordes, tiene todos los ingredientes para ser una buena cantera de periodistas. Un numeroso grupo de alumnos de primaria «acribilló» ayer a preguntas a uno de los periodistas de La Voz de Galicia que visitó el centro para acercar la prensa a los escolares, dentro del programa Prensa-Escuela que lleva a cabo la Fundación Santiago Rey Fernández-Latorre con la colaboración de la Obra Social de Caixa Galicia. De la mano de Nacho Mirás , los chavales se familiarizaron con el complicado proceso diario que se sigue para elaborar un periódico, y se mostraron muy despiertos en el interrogatorio final. Y abiertos al mundo. En el mismo colegio Campomaior la comunidad educativa decidió celebrar la Semana da Diversidade con una exposición en la que se repasan las distintas culturas que conforman el mundo a través de vestimentas, alimentación e incluso músicas que forman una interesante banda sonora. Campomaior es uno de esos centros en los que la implicación de los educadores salta a la vista y donde se cumple a rajatabla aquella máxima que nos enseñaron los maestros de varias generaciones: «Despacito y buena letra, que el hacer las cosas bien, importa más que el hacerlas».

Hace una semana les contábamos que en Dodro hay una interesante oferta de talleres de supervivencia doméstica. La Concellaría de Igualdade e Benestar, a cuyo frente está Victoria Rei Mariño , organizó unos Obradoiros de Supervivencia Doméstica, ni más ni menos que sobre tareas cotidianas en el hogar, con la particularidad de que el primer módulo fue para hombres y sobre trabajos que habitualmente realizan las mujeres, como cocinar. El segundo invirtió los objetivos, porque estuvo destinado a mujeres y se trataba de que aprendieran a resolver pequeños problemas como arreglar un enchufe o colgar un cuadro y a manejar las herramientas adecuadas. Las clases fueron muy positivas, sobre todo porque la cena de clausura reunió a los alumnos de ambos sexos, y ellos pusieron en práctica lo que aprendieron y cocinaron. La finalidad es promover la corresponsabilidad y superar el reparto de tareas según roles preestablecidos.