Cuatro calles siguen marginadas en el proyecto de reforma del Ensanche

La Voz

SANTIAGO

23 mar 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

La remodelación del Ensanche dejó a un lado una pieza de esta parte del casco urbano compostelano, cuya imagen contrasta con la que exhiben otras rúas de la zona nueva. El área marginada comprende las rúas de Santiago de Guayaquil, Pérez Constanti, Gómez Ulla y Neira de Mosquera.

Los vecinos de estas rúas han visto cómo las máquinas operaban en todas las calles del Ensanche y pasaban de largo en esta zona de la ciudad, y han puesto el grito en el cielo.

En realidad, faltan dos calles más del casco nuevo por remodelar, concretamente las de Montero Ríos y Doctor Teixeiro, que están en la agenda del gobierno local para su próximo tratamiento a lo largo de este año. Los proyectos están ultimados.

Pero la actuación en estas calles no es la primera que abordará el Ayuntamiento. Los vecinos del área próxima al Hórreo sin urbanizar recalcan que la administración local está realizando la segunda remodelación en el Ensanche. La primera de ellas se efectuó entre los años 83 y 87, durante la etapa de Xerardo Estévez, y la segunda está en marcha actualmente.

Ni Santiago de Guayaquil ni las demás de su entorno entraron en esos dos paquetes, pese a que los vecinos de algunas de estas rúas han solicitado de las autoridades locales que mirasen hacia ese lado del Hórreo y han recibido la respuesta de que se intervendría en el siguiente ejercicio.

Los gobernantes compostelanos son conscientes de que, efectivamente, esas rúas han quedado al margen de las mejoras urbanísticas y resaltan que aguardan la ocasión para actuar en ellas. El problema, según Raxoi, es únicamente de índole presupuestaria. No hay recursos para transformar Santiago de Guayaquil, Neira de Mosquera, Pérez Constanti y Gómez Ulla.

Y tampoco ve probable que esa pieza de la ciudad esté en reformas el año próximo. «Temémonos que os recursos sexan máis escasos aínda», justifican. Los problemas económicos llegaron ya al presente ejercicio, debido especialmente al bajón recaudatorio de las actuaciones inmobiliarias, y la redacción de los presupuestos tiene en cuenta esa realidad.

Los gobernantes locales afirman que «teñen razón» os veciños de Santiago de Guayaquil y entorno en relación al estado de deterioro de sus calles y a la necesidad de abordar en el momento en que sea posible su remodelación.

La última calle del Ensanche levantada fue la rúa Nova de Abaixo, que entró en funcionamiento en octubre del pasado año tras una larga intervención urbanística que mejoró su pavimento, aceras y servicios y retiró los coches de la superficie. Fuera de ese ámbito, los operarios han trasladado sus herramientas a las rúas de Berlín y Ramón del Valle-Inclán, cuya reurbanización va acompañada de un cierto retraso debido a diversas circunstancias. Son obras relevantes que conllevan un elevado presupuesto económico.