Comunica, y si es amor, por carta

Concha Pino concha.pino@lavoz.es

SANTIAGO

31 ene 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Hubo un tiempo en el que, cuando las parejas rompían, la liturgia del desamor incluía la devolución de los paquetes de cartas que se habían escrito uno a la otra y viceversa. Y los regalos. Recuperar las cartas era vital, porque podían ser comprometedoras y transmitían sentimientos, pasiones e intimidades que nadie quería exponer a la curiosidad de terceras personas. Ahora se escriben pocas o ninguna. Pero la joyería compostelana Alfonso ha decidido recuperar el género epistolar amoroso con un concurso de cartas de amor. Ahí es nada. Pero para alimentar el ánimo y que nadie se inhiba por la mala letra o el esfuerzo de tener que echar la carta en el buzón de correos, se puede participar en el certamen enviando las misivas directamente a la web www.alfonsojoyeros.es/svalentin , así como mediante el correo ordinario o entregándolas en los establecimientos de esta firma. En la misma dirección de Internet pueden consultar las bases del concurso y será a través de la que todo el mundo que lo desee puede votar por la carta que más le guste, y solo será válido un voto por carta y usuario. La iniciativa de esta joyería compostelana coincide con la fiesta de los enamorados, San Valentín, que ya sabrán que se celebra el 14 de febrero, fecha propicia para que muchas personas rubriquen su amor con regalos. Por eso, si los que resulten premiados habían hecho alguna compra en las tiendas que los promotores tienen en Alfredo Brañas o Área Central entre el pasado 1 de enero y el 14 de febrero, la dotación del galardón se doblará. No hace falta estar enamorados para escribir hermosas cartas de amor, aunque si lo están, mejor. El concurso admite que se firmen con seudónimo. Eso sí, antes de exponerlas en la web pasarán un filtro por posibles faltas de respeto o si no reúnen un mínimo de calidad.

Las nuevas tecnologías de la información han echado por tierra sistemas de comunicación que eran convencionales hasta hace poco. Pero no han desterrado los más arcaicos, aunque se renueven y se revistan de modernidad como la cinta que ayer envolvía los árboles que están delante de la Facultade de Ciencias da Comunicación, en el campus sur. El impacto visual inicial es que se trata de un cinta de las que se colocan para impedir el paso cuando hay obras o por alguna circunstancial eventual. Pero pronto se ve que no, porque no es roja y negra. Anuncia que en el bello edificio de Álvaro Siza se celebra un congreso, precisamente sobre comunicación, capitaneado por la catedrática compostelana de Audiovisuais Margarita Ledo como presidenta del comité organizador, del que también forman parte el decano de la misma facultad, Miguel Túñez , y los profesores Xosé Soengas , Francisco Campos , Xosé López , Xosé Ramón Pousa , Xosé Pereira y Berta García , y la licenciada María Salgueiro . Volviendo a la cinta, el reclamo es, cuando menos, ingenioso y funcional. Y estéticamente conceptual. Ya se sabe que en los árboles se colocaban los pasquines, los bandos y hasta las esquelas de la parroquia. Y por muy global que sea el mundo, la parroquia sigue viva, incluso con los vicios típicos de estas comunidades, en las que ya no hay curas, pero ganan presencia los pedáneos.

El colegio compostelano Manuel Peleteiro recibe estos días a un grupo de adolescentes británicos, alumnos del Marlborough College, que han venido acompañados por una profesora, Sally Finn . Porque se trata de una visita de intercambio realizada dentro del programa del centro compostelano para sus alumnos de primero de bachillerato. Los estudiantes ingleses, que durante su estancia conviven con las familias de sus compañeros compostelanos alojados en sus casas, realizan un programa de actividades que los implica en la vida docente del colegio, así como visitas por la ciudad y a algunos puntos de Galicia, con el fin de que conozcan la realidad geográfica y cultura de Santiago y la gallega.