Las mujeres vuelven a parir en casa

Lara Rodríguez

SANTIAGO

El 80% de las episiotomías son innecesarias y la tasa de cesáreas, el 24,5% en Santiago, es anormalmente alta en hospitales. Algunas embarazadas buscan alternativas

21 ago 2007 . Actualizado a las 02:00 h.

Cientos de mujeres en Galicia denuncian que el trato que reciben las parturientas en el momento de dar a luz deja mucho que desear. A ello se suma el hecho de que el número de cesáreas que se practican en España es anormalmente alto, según alerta la Organización Mundial de la Salud. Por todo esto, la opción de parir en casa cobra fuerza y desde hace pocos meses una matrona personal atiende en Compostela.

El principal problema radica en que se suelen realizar las mismas prácticas a todas las mujeres. Una embarazada llega al hospital y la atiende un equipo médico que no ha tenido contacto con la paciente durante el período de gestación; en el proceso de parto la mujer se transforma en una espectadora. En ese contexto, se producen una serie de intervenciones que no siempre son necesarias. «Se trata de una medicina a la defensiva, la posibilidad de que un ginecólogo sea denunciado por una episiotomía [incisión quirúrgica en la vulva para facilitar la salida del feto] innecesaria es nula, mientras que por no hacerla en un parto donde hay un desgarro sí puede haber acciones legales», constata el doctor Marcial Soto, ginecólogo en el hospital La Rosaleda.

Cristina Galdo, miembro de la asociación El Parto es Nuestro, también hace referencia a la judicialización de la medicina: «Más del 50% de las demandas por mala práctica médica son a ginecólogos». «Profesionales que, salvo complicaciones, no tienen por qué estar presentes durante el parto», dice, porque la mayoría de las mujeres están preparadas para parir a sus hijos «de forma fisiológica».

La epidural

Es una anestesia utilizada en algunos partos, y tiene riesgos como cualquiera. Eva Paredes, matrona de La Rosaleda, destaca que las personas que durante el embarazo comentan a su ginecólogo que prefieren tener a su niño sin la epidural, «cuando empiezan el trabajo de parto no lo dudan y la piden».

Frente a esto, Cristina Galdo opina que «no es recomendable ni deja de serlo. Es un avance de la medicina que bienvenido sea en los casos en los que es necesaria, lo que la asociación reclama es que las mujeres sepan lo que es la epidural». Desde El Parto es Nuestro critican que se hable de ella como la panacea, sin informar de que hay otras formas para paliar el dolor.

Otras voces achacan a la aplicación generalizada de oxitocina -fármaco que acelera el parto- la demanda de anestesia, ya que aumenta la intensidad de las contracciones. El doctor Soto niega esta práctica: «Se usa de forma generalizada cuando el niño ya ha nacido, para ayudar a expulsar la placenta. Durante el parto se aplica cuando se necesita», asegura.

Según la OMS, la tasa máxima aceptable de cesáreas es del 15% y en España la media está en 25%. En Santiago, entre enero y junio de este año, la media se situó en el 24,5%. El Parto es Nuestro denuncia que los nacimientos por cesárea se disparan en los centros privados, mientras que los públicos están haciendo un esfuerzo por mejorar.

En cuanto a las episiotomías, «el 80% son evitables», afirma el doctor Soto, ya que los desgarros graves suelen producirse en aproximadamente el 5% de las mujeres. Galdo cuenta que «es la parte más traumática, recuperar la vida normal lleva meses». Son prácticas tan antinaturales como estar tumbada para dar a luz, cuando lo más lógico sería estar en cuclillas.

Todas las partes implicadas parecen ser conscientes del problema. Proyectos de humanización del parto desde la Xunta y el aumento de consultas de la web de El Parto es Nuestro, caminan en la dirección de recuperar la esencia de un proceso que es distinto en cada mujer.