La odisea de un profesor para dar con los perjuicios del mercurio

La Voz

SANTIAGO

08 ago 2007 . Actualizado a las 02:00 h.

Servando Pérez Domínguez, profesor de Ciencias da Educación de la USC, lleva más de dos años de baja laboral por una intoxicación crónica, que tuvo su causa en cuatro empastes dentales, y que le está reconocida por la Seguridad Social.

Llegar a esa conclusión fue una auténtica odisea personal. Servando Pérez realizó los primeros análisis de metales pesados por decisión propia, cuando empezaba a desesperarse porque la sanidad no averiguaba la causa de la fatiga y otros problemas de salud que le afectaban. El resultado fue de unos niveles muy elevados de mercurio. Entonces comenzó las pesquisas para detectar de dónde podría proceder ese metal pesado. Dejó de consumir pescado y marisco durante más de un mes, pues le indicaron que podría ser una causa, pero los resultados se mantenían. Convenció al Concello de Brión para que analizase el agua, por si podría esconderse ahí el problema, pero resultó negativo. Pidió a su compañera que se sometiese también a los análisis, pero en ella no detectó la contaminación.

Finalmente, y tras incansables y continuadas gestiones con numerosos profesionales, le indicaron la posibilidad de que el problema estuviese en los empastes dentales: los quitó y después si, los resultados de los nuevos análisis cambiaron drásticamente. Los partes médicos de baja admitieron y reflejaron la contaminación por mercurio como causa de su mal.

Servando, que ahora preside una asociación de afectados, espera por una quelación química, para limpiar sus venas y tratar así de recuperar un mejor estado de salud, y plantearse trabajar de nuevo.