Un paso de peatones para Cuntis

Nieves D. Amil
nieves d. amil PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

Vecinos de Anllada arriesgan su vida al cruzar este tramo de la N-640

09 dic 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Piden precaución para evitar más desgracias. Los vecinos de Anllada, en Cuntis, han llamado a todas las puertas oficiales para intentar que se respete la velocidad máxima de 50 kilómetros por hora en el tramo de la N-640 que pasa por delante de sus casas. «Queremos que regulen el tráfico con un semáforo, un paso de peatones o una señal luminosa», indica Higinio Buján, vecino y de un restaurante en la zona afectada. La advertencia de limitación al inicio de la recta parece no tener efecto sobre la mayoría de los conductores. En los últimos años han visto como algunos de sus vecinos perdían la vida en este tramo o sufrían algún atropello.

Las altas velocidades que alcanzan los coches y los camiones que atraviesan la carretera general que une Cuntis con A Estrada implica demasiada peligrosidad para la docena de viviendas de una zona aparentemente tranquila. «Viña un coche de arriba e outro adiantando e houben de morrer», indica Josefina Carbia, que rodeada de sus vecinos, coincide en que los coches atraviesan este tramo a velocidades que a veces superan los cien kilómetros por hora. «Cuando pasa un camión nos tiemblan hasta las ventanas», explica Mayte González, que tiene un bebé de tres meses y cruza a diario los apenas diez metros de carretera.

Ha pedido medidas para reducir la peligrosidad en nombre de todos los vecinos. Envió una carta a la Dirección General de Tráfico y al Concello de Cuntis buscando ayuda, pero «nos han dicho que ellos no pueden hacer nada, que es Fomento quien tiene que intervenir», indica. El hasta ahora ministerio de José Blanco aún no ha manifestado una respuesta a la misiva recibida. La misma petición llegó a Stop Accidentes y al Valedor do Pobo, quienes creen que sí se podrá hacer algo para evitar que el tráfico ponga en riesgo sus vidas. Aún están esperando. Muchos de los vecinos trabajan fincas que están al otro lado de la carretera y su movilidad ya no es la misma que en la juventud. «Eu xa cruzo só cando vexo que non veñen coches nin de lonxe», explica Carmen Novo.

Los dos restaurantes de la zona también sufren este malestar cada vez que sus clientes tienen que cruzar la N-640, pero lo más peligroso sucede unos metros más arriba. «Hay una escuela unitaria y los niños van por la acera hasta el cruce, pero luego tienen que estar las madres para cruzarlos», señala Xosé Arca, que perdió a su abuelo en este tramo.

«Queremos un semáforo, un paso de peatones o una señala luminosa en este tramo»

Higinio Buján