Este hombre puede salvarle la vida

maría conde PONTEVEDRA / LA VOZ

CERDEDO-COTOBADE

Jaime Blanco resuelve las dudas de los aficionados a las setas en los Luns Micolóxicos

09 nov 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

José Ángel Lago es, dice, un recién llegado al mundo de la micología. Empezó a aficionarse el pasado año y en octubre asistió a las últimas jornadas organizadas por la Asociación Brincabois en el Mercantil. Ahora sale al monte con su inseparable guía bajo el brazo, pero aún así son muchas las dudas que se le plantean cuando recoge setas. «Hay tantas que son tan similares... Es un peligro y hay que saber mucho», reconoce.

El pasado lunes, por ejemplo, se trajo del Lago de Castiñeiras varios ejemplares, entre esponjas, un boletus lacinum, una amanita muscaria y un ramillete de hypholoma fasciculare. De ellos solo los dos primeros son comestibles y la última es «muy venenosa». Y quien se lo advierte horas después es Jaime Bernardo Blanco Dios, ingeniero agrónomo de la citada asociación que está considerado uno de los mayores expertos gallegos en el campo de la micología y que, junto a miembros del colectivo, todos los lunes resuelve dudas a los aficionados que se acercan al Bodegón Arca de Pontevedra.

Aunque el inicio de la actividad suele ser en octubre, este año Blanco reconoce que es como si estuviese empezando todavía la temporada, debido a la reciente sequía y el consecuente retraso en la eclosión de los hongos. Así, el pasado lunes solo acudieron tres personas, cuando hace un año a estas alturas podían llegar a quince. «Hay gente con experiencia, otra que repite todos los años -señala- y que va aprendiendo alguna cada temporada. Y luego hay gente que viene a mirar».

Las consultas «son bastante generales». «Hubo un tiempo que ya venía gente con dudas muy concretas y el clásico era distinguir entre el tricholoma portentosum y el tricholoma saponaceum, porque son muy parecidas y el primero es comestible, mientras que el otro es amargo. Es una de las setas que es interesante conocer cuando ya hay mucha competencia con las que coge todo el mundo».

Incluso se ha dado el caso de que en estos Luns Micolóxicos se ha descubierto alguna nueva especie para la ciencia. «Una la encontró Esperanza Lameiro, una de nuestras compañeras, el tricholoma galaécico. Fue en Cotobade. Siempre aparecen cosas interesantes».

Cestas de amanitas

Aunque reconoce que otro clásico eran las cantidades de «borralla» que a veces traían los aficionados menos duchos. «Hubo épocas -añade- que la gente iba a golpe de lunes a un sitio donde la gente había estado ya durante el fin de semana y cogía todas las amanitas que quedaban, y todas venenosas».

Óscar y Ana también son «principiantes», aunque llevan tres años saliendo al monte, «pero intentamos ampliar cada vez un poco más». Consultan a Jaime los escasos ejemplares que encontraron el fin de semana en Combarro. «La verdad es que está todo pelado», dice Ana. Y curiosamente uno de los hongos con aspecto de champiñón le plantea dudas hasta al propio experto: «Me lo llevo al microscopio», señala. Antes de llegar a eso, su kit de los lunes para identificar las setas incluye navaja y lupa, «si no tienes cuentahilos». «A veces ves detalles que a simple vista son díficiles de reconocer. Luego siempre es útil una guía de campo y una libretita», indica. Incluso el olor es otro factor. La amanita citrina que aporta la citada pareja huele, por ejemplo, a patata cruda.

A pesar de que este servicio de consulta lo ofrecen la mayoría de las asociaciones (en el caso de Brincabois finalizará el 19 de diciembre), sigue habiendo muchos aficionados que se la juegan. «Creo que hay bastante suerte, porque ves cada imprudencia de ruleta rusa...». Por suerte también, las amanitas phalloides todavía no han asomado.