1El vinilo vuelve a ser un formato en alza. Sobre todo para los nostálgicos, aunque hay sellos, como dice Eloy Delgado, que están abandonando en su favor el cedé, «porque ya incluyen también un código para poder bajarlo en formato digital». Delgado ya realizó en septiembre una primera feria del vinilo en la que puso a la venta cerca de un millar de discos, entre singles y LPs, pero volvió a juntar material para la segunda, que arrancó ayer en el Pequeño Karma de la calle Charino. Hasta el próximo 17 de diciembre, todos los sábados los interesados pueden bucear en este mercado musical de oportunidades, donde hay sencillos por 1,5 o 2 euros y discos de larga duración de entre 3 y 7 euros. Los más caros, entre comillas, son los dobles, entre 10 y 12 euros. Delgado subraya que entre las joyas que se han puesto a la venta (hay una media de cien discosfigura una colección de sesenta vinilos de soul, funk y disco, otra de bandas sonoras, una caja con los primeros LPs de Stevie Wonder o discos como el Sign of the Times de Prince y Days of future past de Moody Blues. Para quienes se hayan desecho del plato, también hay aparatos a la venta, de entre 165 a 395 euros, «domésticos y profesionales». E incluso hay cassettes, además de cedés o deuvedés. La primera tarde estuvo ayer animada, pero no solo para la venta. También hay quien ve en estas ferias una oportunidad de aligerar espacio en casa. «Ya me dejaron otros cincuenta discos», indicó el organizador.
De vinos
2Igual de económicos, más en concreto por debajo de los diez euros, son también los vinos que ayer cató en el restaurante Pepe Vieira Camiño da Serpe un grupo de expertos en la original iniciativa que han puesto en práctica Xoán Cannas, de María Fechoría y Asociados, y Mariano Fisac, responsable del blog Mileurismo Gourmet, para demostrar que hay calidad por ese módico precio. Se trata de elegir los mejores vinos de entre más de 300 bodegas, cuyo ganador se dará a conocer en la feria Viñerón 2.0, que se celebrará también en el restaurante de Poio. Esta es la segunda edición del concurso, que el año pasado ganó un vino del Bierzo, Cuatro Pasos, aunque en esta ocasión han participado el doble de bodegas. «Normalmente -señaló ayer Xoán Cannas- los vinos más caros deberían ser los mejores. Obviamente todos lo sabemos, hay un efecto márketing en la sociedad muy potente y esto hace que no sea exactamente así». Por su parte, Mariano Fisac subraya que «la gente ya no tiene una parcela tan amplia de su presupuesto para dedicarle al vino y son las bodegas las que se han puesto un poco las pilas en este sentido». Los consumidores también ya han tenido su palabra. A través de Internet se seleccionaron a cinco de ellos para formar parte del jurado que ayer realizó la cata ciega, formado por expertos procedentes de toda la Península y entre el que figuraba también la sumiller Eva Pizarro, finalista este año del prestigioso certamen Nariz de Oro. «Son vinos bastante uniformes, y bastante correctos», apuntó. La franqueza aromática de los vinos, así como su acidez, eran los puntos esenciales a valorar por el panel de cata.