Los hosteleros quieren que se acote la movida de peñas

chelo lago PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

Mañana celebrarán una reunión para aunar posiciones y solicitar medidas

09 ago 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Los hosteleros del centro histórico mostraron su protesta contra los desmanes de la movida de las peñas que en algunos casos obligó a cerrar negocios, especialmente la noche del sábado. La basura y el hedor a orina se extendió por las calles del casco antiguo. Por ello, han convocado una reunión, junto con la Asociación de Hosteleros de la ciudad, que se celebrará mañana, miércoles, en la plaza del Teucro, una de las zonas donde se produce una mayor concentración de las peñas.

Uno de los locales que tuvo que cerrar sus puertas fue el restaurante O Cruceiro, en Las Cinco Calles. Su propietaria, María del Carmen Veiga, subraya que no fue un caso aislado, «somos muchos más, de la Plaza del Teucro, de la calle Princesa, de la zona del Parador... Llevamos años aguantando y es hora de decir ¡basta!». «El espectáculo que se está dando -subrayó- es el de botellón puro y duro y nosotros no podemos trabajar, ya no solo en las terrazas, sino en los locales, porque la gente no puede llegar por las aglomeraciones».

Mala imagen

Al mediodía no hay problema, añadió, «tenemos todo lleno, pero por la noche no se puede pasar». Destaca también la juventud de los integrantes de algunas peñas. «Había una de niños de 9 años, y varias de 14 y 15. A mí me parece bien que quieran tener fiesta, que para eso hay libertad, pero nosotros tenemos que trabajar, y especialmente en el contexto de crisis no poder servir las cenas los cuatro días de peñas supone una gran pérdida».

Además, señala que la imagen que se llevan los visitantes foráneos es nefasta. «Tenemos gente de Barcelona y de Madrid, también muchos franceses, que nos preguntan cómo se puede consentir esta situación, que tenemos una ciudad preciosa, con una gastronomía deliciosa y una gran atención, y no entienden cómo se puede permitir. La imagen que se llevan es lamentable».

Luisa Rodríguez, del bar O Pulpeiro, en la calle San Nicolás, también está de acuerdo en que hay que hacer algo, aunque no notó que la movida fuese superior a otros años. «Nos afecta negativamente -dijo- a todos, aunque a unos más que a otros. Los clientes mayores no vienen porque ven la movida de los chicos tirándose el vino, bebiendo y orinando en las calles, que es terrible. El olor era insoportable». Considera que si el botellón en la ciudad no está permitido, tampoco debería estarlo esos días. «Si quieren hacer una fiesta de peñas, que la hagan en un recinto preparado, con baños y servicios, porque esa es otra. Como los dejes entrar, están de paseíllo y no sabes cómo quedan los baños. Los clientes no tienen por qué soportar eso».

Por su parte, el presidente de la Asociación de Hosteleros, Salvador Santiago, es partidario de tomar una decisión en frío. «No podemos culpar al Concello ni a nadie, -comentó-, porque para hacerlo, deberíamos haberlo denunciado antes. Quizás parte de la culpa también haya sido nuestra, por habernos callado y no habernos unido ya en años anteriores para tratar de resolverlo.