Forjas reivindica la calidad de los tintos Rías Baixas

m. alfonso vilagarcía / la voz

PONTEVEDRA

26 jul 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

«Los vinos de Rías Baixas son el buque insignia de los vinos blancos españoles, nuestra representación de los blancos de cara al exterior». Son palabras de la coordinadora de la Guía Repsol, Isabel Mijares, esta misma semana en el consello regulador. Pero son también la opinión de muchos expertos. Rías Baixas es sinónimo de albariño y, como tal, de vinos blancos. Sin embargo, cada vez son más los bodegueros que apuestan por recuperar la tradición y elaborar tintos. Forjas del Salnés, bodega de Meaño, es un ejemplo. Su propietario, Rodrigo Méndez, reivindica la calidad de estos caldos que, por cierto, acaban de recibir 92 puntos del gurú norteamericano Robert Parker.

«Sempre contan que Rías Baixas é o país dos blancos, pero iso é de agora. Antes do albariño había os tintos de espadeiro, caíño e loureira», asegura Méndez. En una zona de blancos él apostó por los tintos porque eran los caldos que elaboraban sus abuelos. «Tiña unha hectárea plantada que xa puxo meu avó hai trinta anos e por iso quixen facer un tinto», asegura. Lo más difícil fue encontrar plantaciones suficientes para elaborar sus caldos. Pero lo consiguió y ha logrado «alquilar unha finca en Valiñas que ten unhas cepas de caíño que teñen cento cincuenta anos», explica.

Reconoce que el problema de cultivar variedades tintas es que dan mucho más trabajo que el albariño. De hecho, «aquí se cambiaron as cepas porque eran difíciles de coidar». Implican una mayor labor en viticultura, asegura, porque la uva coge poca graduación. Por eso hay que estar trabajando continuamente el viñedo, realizando podas en verde.

Apurar al máximo

También es preciso apurar al máximo la vendimia, para permitir una correcta maduración. «Apuramos a vendima ata o quince de outubro, arriscamos ao máximo», afirma. En su éxito ha tenido mucho que ver el enólogo Raúl Pérez, que le ha enseñado a cultivar estas variedades y que elabora parte de sus vinos en esta bodega de Meaño.

Pero todo este esfuerzo tiene su recompensa. Desde que empezó, Parker ha puntuado favorablemente sus caldos en dos ocasiones. Esta última vez, el periodista ha otorgado 92 puntos a sus Goliardo, tanto al espadeiro como al loureiro del 2009. «Parker non só valora os viños que lle gustan, tamén o esforzo dos productores que coidan variedades autóctonas», añade. Lo mismo sucede con el tinto que Raúl Pérez elabora en esta bodega. Su caíño Muti ha logrado 93 puntos, alguno más que la valoración obtenida por los blancos. También triunfan los albariños de estos dos bodegueros. El Leirana, de Forjas, ha logrado 93 puntos y el Sketch, de Pérez, es el vino blanco de España con mejor puntuación.