Un premio de arquitectura por optimizar el mobiliario urbano

La Voz

PONTEVEDRA

01 abr 2011 . Actualizado a las 11:03 h.

Esconder los cuadros convencionales que afean las ciudades tiene premio. Y se lo ha llevado una empresa pontevedresa, Edigal, a pesar de que la capital de provincia no luce ninguno de los elementos urbanos que diseñan para disimular las estaciones de control atmosférico y contaminación ambiental, el sistema de telegestión y de ahorro energético, además de los futuros puntos de recarga para vehículos.

Estos dispositivos tienen la doble función de esconder lo que afea y servir de valla publicitaria. Aunque parece algo básico, hasta que los trabajadores de la empresa creada por Iago Martínez, y él mismo, exprimieron sus cabezas para pensar algo que no se le había ocurrido a nadie en toda Galicia «y creo que en España», dice este emprendedor, que asegura que «no estamos solos, hay un trabajo de 5 o 6 personas que nos movemos y tenemos unas ideas que casi siempre salen de escuchar el mercado»,

Su capacidad de adaptarse a los nuevos tiempos nace de las demandas de los arquitectos, que buscan un elemento de mobiliario técnico que no afecte a la estética y reduzca considerablemente el impacto visual. «La serie Teucro surge por las necesidades de integrar los armarios con el resto del mobiliario urbano», explica Martínez, que a principios de mes recogió en Estoril (Portugal) el primer premio Larus de arquitectura por estos centros de mandos.

Innovar para mantenerse

Como nadie es profeta en su tierra, en los últimos meses los ayuntamientos de Tomiño, Muros, Vigo, Lugo o A Coruña, en Galicia, así como Toledo, Salamanca o Zaragoza, lo han incorporado a su paisaje urbano en una época en el que las grandes ciudades apuestan por la humanización como valor de futuro. «Fabricamos bajo demanda, pero tenemos una capacidad para producir 50 unidades diarias», señala Iago Martínez.

La serie se vende en distintos materiales cien por cien reciclables aptos para adaptarlos a los distintos escenarios urbanos. La apuesta conjunta del ayuntamiento-empresa aseguran que se consolida la idea de que la innovación es el camino a seguir para superar los tiempos de crisis. Como define el propietario de la compañía pontevedresa, emprender en los tiempos que corren «es casi ser un héroe», que acaba compensando, pese al esfuerzo que supone. «El proyecto empresarial surge en el año 2000 centrado en dar soluciones a las compañías eléctricas», subraya.

Once años después empieza a ser una realidad dirigida por un pontevedrés de 32 años, aunque todavía esperan más calado de la serie premiada, sobre todo en la ciudad de Pontevedra. «Por el momento se vende más fuera de Galicia que aquí», lamenta. Cada uno de los elementos se vende entre los 7.000 y 13.000 euros y aunque el comprador final es la Administración reconoce que la venta a través de intermediarios evita que los pagos se dilaten. Lo único que le piden al futuro, es que los gobiernos locales impulsen proyectos de humanización y apuesten por tecnología gallega.