Afirma haber perdido el trabajo por el acoso reiterado de su ex novia

Alfredo López Penide
López Penide PONTEVEDRA/LA VOZ.

PONTEVEDRA

El vecino ha llegado ?a recibir más de 500 llamadas perdidas desde un número oculto en un mismo día

21 dic 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Asegura que apenas puede ya conciliar el sueño por la noche y que se siente vigilado cada vez que pisa la calle. Daniel, nombre ficticio de este pontevedrés de 50 años recién cumplidos, no duda en asegurar que el acoso reiterado al que supuestamente le somete su ex novia y parte de su entorno le ha hecho, incluso, perder su puesto de trabajo.

Según su versión del calvario que dice estar viviendo, en los últimos meses y «con la única pretensión de que le deje dinero», la que fue su pareja durante año y medio se presentaba en su puesto de trabajo o acudía a donde estaba realizando algún tipo de encargo para la empresa en la que estaba contratando. «Si no le dejaba dinero, comenzaba a insultarme, a amenazarme a mí o a mis hijos. Me jodió el trabajo», sentencia.

La impotencia que siente se extiende también a la Administración de Justicia. «Estoy desamparado». Ya ha interpuesto, al menos, cinco denuncias en Comisaría y en la mayoría de ellas solicita que se tome algún tipo de medida cautelar que impida a su ex aproximarse o establecer contacto con él. «En el juzgado rechazan las peticiones. Solo me dicen que siga denunciando y que espere al juicio que, como muy pronto, se celebrará en febrero. Si fuera al revés, yo ya estaría en prisión», lamenta con amargura.

Este es el motivo por el que la Policía Nacional está atada de manos. Los agentes apenas pueden intervenir en unos hechos que, a nivel jurídico, están calificados como falta. «Lo único que pueden hacer es decirme que llame cada vez que tenga algún problema, que ellos se presentarán inmediatamente».

Y así ocurrió este sábado. Según consta en la denuncia a la que ha tenido acceso La Voz, a primera hora de la mañana, Daniel circulaba por Eduardo Pondal cuando su ex novia lo adelantó y frenó delante de su vehículo obligándole a detener su marcha. La negativa del pontevedrés a soltarle más dinero derivó, al parecer, en toda clase de insultos.

Seguimientos en coche

El incidente no terminó ahí, ya que nada más reanudar su marcha al volante de su automóvil, el denunciante pudo observar como era seguido «por esta con su vehículo».

No es la primera vez que sufre un episodio de similares características. También ocurrió el 24 de noviembre, día en el que su furgoneta fue interceptada, presuntamente, por su ex pareja en las inmediaciones de la rotonda de San Roque.

Aparentemente, no solo le rompió un vierteaguas de la furgoneta con el que le habría llegado a golpear, sino que le habría acusado ante la policía de sustraerle treinta euros. Sin embargo, «pude demostrar que en los bolsillos solo llevaba dos billetes de 20 euros y uno de cinco, así como algunas monedas sueltas», remarcó al respecto.

En aquel incidente, Daniel reconoce que su ex pudo hacerse daño en el pecho al intentar acceder al interior de su vehículo e impedírselo él. Se da la circunstancia de que este suceso, que motivó el despliegue de varias patrullas en el Paseo de Colón, se produjo al poco de que hubiera abandonado la Comisaría después de haber presentado la primera denuncia contra la mujer.

Giro de 180 grados

Sus palabras dejan claro que su vida ha dado un giro de 180 grados desde que puso fin a la relación sentimental.

En su teléfono móvil guarda mensajes que reseñan que un día llegó a recibir más de medio millar de llamadas perdidas, concretamente 509, desde un número oculto, mientras que en otra ocasión fueron 476 y en otra, 290... «Un día debió despistarse porque me llamó 352 veces y se olvidó de activar lo de ocultar el número», indica Daniel, mientras esboza una leve sonrisa, la única que sale a relucir durante la entrevista.

En este sentido, asegura que tiene una tarjeta de memoria de un teléfono móvil con grabaciones de llamadas en las que su antigua novia lo insulta o amenaza, así como mensajes SMS. En algunas de sus denuncias, además de dejar constancia de estos hechos, advierte de que «teme que lleve a efecto las amenazas contra su hijo».

Sostiene que ya ha podido comprobar cómo las palabras daban paso a los hechos. De este modo, el 24 de noviembre, informó a los agentes nacionales que le tomaron declaración que «hace bastante tiempo su ex pareja le causó unas lesiones con un tenedor cuando estaba desayunando» en una cafetería, «hechos que no denunció»

A pesar de todos estos incidentes, Daniel lo tiene claro: ««No tengo por qué irme de mi ciudad por culpa de esta mujer».