Un informe sostiene que el monte de A Granxa daña la biodiversidad

Nino Soto SANXENXO/LA VOZ.

PONTEVEDRA

30 nov 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

El enorme desmonte realizado en su día en el alto de A Granxa, ubicado en la parroquia sanxenxina de Dorrón, causó un profundo malestar entre los vecinos del lugar, colectivos ecologistas y los partidos de la oposición en la corporación municipal.

No obstante, los trámites para construir las dos macrourbanizaciones ocupando cerca de 200.000 metros cuadrados de superficie en el litoral continúan saltando obstáculos. El Ayuntamiento de Sanxenxo remitió recientemente a la Xunta información sobre la denominada evaluación ambiental estratégica. En el plan especial de ordenación del sistema general adscritos a los suelos urbanizables 1 y 8, el estudio -redactado por la firma Interurban-, se apunta a la necesidad de cambiar la vegetación «dado que las especies existentes, además de tener poco valor ornamental, resultan ser un peligro para la biodiversidad».

En este sentido, se sostiene que como consecuencia de la abundancia de pinos y eucaliptos «es raro encontrar otras especies que comparten suelo». De ahí que uno de los objetivos para levantar cerca de un millar de viviendas sea el de «potenciar y recuperar un ámbito degradado y abandonado».

No obstante, el informe sí refleja que aunque las especies carecen de valor ornamental y ecológico, «lo que podemos afirmar es que el elemento vulnerable más importante es el paisaje».

Sendas y miradores

Los terrenos de A Granxa (Os Cotos) están situados en la costa, en los aledaños de la playa de A Agra y de punta Festiñanzo. La documentación remitida a la Consellería de Medio Ambiente recoge que el objeto del plan especial «es definir las acciones encaminadas a proteger el sistema general y mejorar su actual estado, evitando los movimientos de tierra en su ámbito y aportando vegetación autóctona que resalte la belleza de su paisaje». Por ello, también se contempla habilitar áreas destinadas a miradores y construir sendas peatonales, con tratamiento blando. Además, se contempla la posibilidad de conservar otras especies, entre ellas, acebos, robles y sauces. De acuerdo con el estudio, las acciones previstas en el plan especial «no alterarán el paisaje de la zona». Al mismo tiempo, no se prevé uso que generen residuos líquidos o sólidos.

Al margen de este proyecto, las obras de urbanización de los viales de las dos bolsas de suelo siguen el guión establecido. Una vez finalizadas ambas urbanizaciones, la parroquia de Dorrón vería duplicado su censo de viviendas, aunque es previsible que la gran mayoría de los propietarios de las casas las destinarán a segunda residencia.

Dorrón cuenta con aproximadamente 850 hogares, a lo que habrá que añadir las mil contempladas para los dos complejos urbanísticos. Estas dos urbanizaciones están encorsetadas entre el litoral y la PO-308, vial autonómico que une Pontevedra con Sanxenxo.