Las labores de deforestación de A Telleira, la vieja fábrica de tejas de Vilalonga, destaparon su secreto mejor guardado: el antiguo horno de piedra, caracterizado por sus escaleras laterales de acceso a la parte más elevada de la estructura. Fuentes municipales precisaron que a pesar de los años que han pasado sin utilizarse, el horno «presenta un estado de solidez que llama la atención».
Sin embargo, lo más sorprendente fue descubrir la existencia de un árbol en el interior del horno, especie que fue retirada por los técnicos para su posterior análisis. El Ayuntamiento pretende recuperar el entorno de A Telleira, ubicada en las marismas que dividen Sanxenxo y Meaño. Ayer, la alcaldesa, Catalina González, acompañada de dos concejales y un técnico municipal, visitaron el lugar para analizar las labores de desbroce y desescombro para poner a punto la zona. En el marco de la intervención también se está acondicionando la ladera de un monte aledaño desde donde se observa toda la ensenada de O Bao, un área estratégica para la multitud de aves migratorias que emplean el lugar para descansar y alimentarse. «O contorno da Telleira vai ser un referente medioambiental de moita importancia», subrayó el edil del área, Mario Caldas. «E non só iso -añadió- , xa que as instalacións da antiga Telleira de pedra anexa ao centro de interpretación son unha testemuña etnográfica do que é Vilalonga e a súa parroquia».
Estos trabajos se producen años después de que el Concello restaurase la infraestructura, una obra gestada para incorporar A Telleira en una red de museos municipal. Ahora, tal y como lo destacaron fuentes municipales, los trabajos forman parte del denominado proyecto de Pousadas de la Diputación, que también permitió la excavación arqueológica que se acomete en A Lanzada.