La DGT se implicará decididamente, desde mañana y hasta el 23 de agosto, en rebajar la velocidad a la que se circula por las carreteras pontevedresas. De hecho, en el marco de esta campaña, se prevén realizar un total de noventa mil controles de vehículos en la provincia, prácticamente el doble de los que se realizan mensualmente.
La medida se focalizará en aquellos tramos o zonas calificadas como de riesgo, ya que se han constatado que son espacios donde las infracciones por exceso de velocidad son habituales. En el caso de la comarca capitalina, estos controles estáticos y dinámicos se realizarán diariamente en autopistas, autovías, carreteras nacionales y autonómicas, entre las que se encuentran la PO-313 (une Marín con Moaña), la PO-551 (entre Marín y Rande), la PO-531 (entre Pontevedra y Baión) y la PO-308 (entre Pontevedra y A Lanzada).
Desde la DGT se incidió en que, en algunos casos, «se producirán denuncias sin notificación inmediata». En otros, el conductor infractor será identificado plenamente y denunciado in situ por los agentes.
En este punto, la Administración precisó que, «siempre que sea posible», se advertirá a los usuarios de la existencia de alguno de estos controles.
Sin merma de la seguridad
Para acometer esta iniciativa, Tráfico tiene intención de desplegar cinco radares móviles en Pontevedra, al tiempo que se echará mano de la práctica totalidad de la plantilla del subsector, que en la provincia está compuesto por 257 agentes. En relación a esta cuestión, la DGT matizó que este operativo, «en ningún caso», mermará la vigilancia y el control de otras infracciones en otros puntos de la provincia.
Esta campaña es gemela de la realizada el pasado año, en el transcurso de la cual fueron controlados 93.642 vehículos y que se saldó con un total de 1.118 denuncias interpuestas.