Demasiadas camas. Mala coordinación. Falta de aprovechamiento de las nuevas tecnologías. Crisis económica. Ingredientes más que suficientes para que el sector hotelero necesite respiración asistida. Y la han ido a pedir a la Diputación de Pontevedra.
Ha bastado que se hayan suspendido buena parte de los vuelos chárter que operaban con las Rías Baixas para que el batacazo en Semana Santa haya sido fortísimo. Una caída de un 20% en la ocupación que ahora los propietarios de hoteles quieren paliar gracias a la colaboración de las instituciones públicas. Pero también con una modernización urgente del sector.
La radiografía que ha dejado el puente evidencia que solo hay dos formas de buscarse un hueco en la actual coyuntura: más calidad o bajada de precios.
En Sanxenxo, donde se concentra una oferta de siete mil camas, solo han subido los establecimientos más baratos, las reservas en las pensiones. Los hoteles de alta gama, con oferta termal asociada, no han notado bajón alguno y repiten ocupaciones cercanas al noventa por ciento. Entre ambos extremos, la incertidumbre.
Para esa gran masa de establecimientos de tres estrellas es para la que ahora los hoteleros piden apoyo. Lo hacen en forma de eventos asociados a los períodos vacacionales cortos, como las Semana Santa. «Se vai unida á programación de eventos que teñan tirón e enriquezan a oferta a ocupación será mellor», señaló José Manuel Barbosa, presidente de los hoteleros de la provincia de Pontevedra. Rafael Louzán, el presidente de la Diputación, recogió el guante y, en una reunión con otros dieciocho representantes del sector, ofreció el Museo Provincial como dinamizador.
La Red no se aprovecha
De poco sirve una oferta cultural paralela si son los propios empresarios quienes se imponen trabas. El sector turístico se mueve a golpe de click en Internet. Reservas, planificación de itinerarios, compras de billetes. El viajero es su propia agencia. Las campañas promocionales tienen cada vez menos incidencia. Y Barbosa lo sabe. Lo reconoció ayer. Falta que los hoteles den a conocer su oferta en la Red. Y que lo hagan de forma coordinada con empresarios del ocio, restauradores y comerciantes, propone Barbosa.