Cien peregrinos siguiendo el cauce del río Armenteira

PONTEVEDRA

La nueva ruta de senderismo ofrece paisajes impresionantes de O Salnés

05 abr 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Dice la tradición que al monasterio de Armenteira hay que subir andando, sobre todo, el Lunes de Pascua. Entonces, son miles las personas que se dan cita en este entorno para pedir favores y dar las gracias a la Virxe das Cabezas. Aunque ayer no era lunes y todavía faltaban algunas horas para la Pascua, un centenar de vecinos, con el presidente de la Diputación, Rafael Louzán, y los alcaldes de Ribadumia -Salomé Peña- y Meis -José Luis Pérez Estévez- al frente, decidieron emular a los peregrinos y recorrer a pie el tramo que separa los molinos de Barrantes del famoso monasterio. Lo hicieron para inaugurar una nueva ruta de senderismo: la que se adentra en el corazón de O Salnés siguiendo el cauce del río Armenteira.

Arousa es, para la mayoría, sol y playa. Pero hace ya algún tiempo que los municipios del interior reivindican su protagonismo entre los miles de turistas que cada año recorren esta comarca. Lo hacen ofreciendo paisajes y naturaleza. Porque si espectacular es la playa de A Lanzada, el mismo adjetivo merece la ruta que, desde ayer, comunica Ribadumia con el monasterio de Armenteira. El recorrido comienza en las inmediaciones del enlace con la autovía, en donde se inicia la ruta de los molinos de Barrantes. Muchos son ya los que conocen este enclave, que recibe al año miles de visitas, pero muchos son también los que ignoran que, desde aquí, se puede acceder fácilmente al vecino municipio de Meis.

Solo es necesario cruzar la autovía por debajo y, desde la rotonda de Armenteira, seguir la pista de un camino que no tiene pérdida. A solo unos minutos de allí se encuentra la entrada a la aldea de piedra, donde Meis ha querido recrear una antigua aldea rural a base de personajes de piedra. El entorno bien merece una visita, pues en su construcción se ha cuidado hasta el mínimo detalle y el espacio ofrece grandes posibilidades para el tiempo de ocio. Una labrega , un cerdo amamantando a sus crías o un simpático chaval reciben al visitante en este entorno.

Paisajes más verdes

El paisaje es, a partir de aquí, de un verde más intenso, y el río cobra protagonismo y ofrece imágenes que enseguida hacen olvidar el esfuerzo realizado para llegar hasta allí. El terreno todavía es llano, pero comienza a estar salpicado de pequeñas cascadas. La caminata se hace fácil, aunque los cien peregrinos que componen esta procesión iban ya más desperdigados. Los políticos demuestran que están en forma. A la cabeza, el vicepresidente de la Diputación, José Juan Durán, con paso apurado. Le sigue de cerca el responsable del PP de O Grove, Miguel Ángel González. Y no se queda demasiado atrás el concejal cambadés, Luis Aragunde.

Pero el que sin duda dejó con la boca abierta a todos es Urbano Dávila Prado, un vecino de Couso, en Meis, que a sus 97 años fue el encargado de ayudar a diseñar el último tramo de la ruta. Empieza precisamente en Couso y, por un camino estrecho, consigue llegar hasta el monasterio de Armenteira. Es el tramo más duro, pero también el más hermoso. La mano del hombre solo se deja ver aquí en las decenas de pequeños molinos, la mayoría casi en ruinas, que pueblan este espacio. Siguiendo su estela, el camino termina en las inmediaciones del monasterio de Armenteira. Por esta misma senda subían, hace muchos años, los peregrinos de la Virxe das Cabezas. El próximo lunes de Pascua, todos podrán recuperar esta tradición.