Monte Vivo quiere implicar a los particulares en su segunda anualidad

PONTEVEDRA CIUDAD

05 abr 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Plantar un millón de árboles en Pontevedra antes del 2011, reordenar los usos del monte, recuperar paisajísticamente el entorno forestal y, sobre todo, impulsar tareas de limpieza y prevención para evitar desastres como la oleada de incendios del verano del 2006, cuando el fuego destruyó un 60% de la superficie arbolada del municipio. Esos son los grandes objetivos del plan Monte Vivo, una iniciativa local que prepara ya la segunda convocatoria de ayudas a las comunidades de montes y a los propietarios particulares de parcelas forestales en Pontevedra.

Precisamente, es el monte el manos privadas el principal objetivo de esta segunda anualidad del Monte Vivo, que en su primera edición repartió más de un millón y medio de euros entre 13 proyectos para actuar sobre más de quinientas hectáreas. De todo toda esa superficie en la que ya están marcha proyectos, apenas 1,5 hectáreas están en manos privadas. Se trata de un pequeño proyecto en la parroquia de Santa María de Xeve, que ha recibido una subvención de poco más de 6.000 euros para la plantación de castaños y nogales.

El alcalde de Pontevedra, Miguel Anxo Fernández Lores -que se ha implicado mucho en el plan Monte Vivo, aunque su gestor directo es el concejal de Montes, Miguel Vázquez Plaza- confía en que la implicación de propietarios particulares se incremente en la segunda anualidad. Para el Concello es fundamental, ya que las fincas forestales privadas están en muchos casos muy cerca de viviendas, y la normativa de prevención de incendios obliga a mantener una línea de seguridad en torno a los núcleos habitados. Lores espera que las ayudas del plan Monte Vivo contribuyan a concienciar a los propietarios privados para mejorar la conservación de los espacios naturales del municipio.

Disciplina urbanística

Y si pese a estas ayudas económicas los propietarios no se dieran por enterado, el Concello comenzaría a aplicar la disciplina urbanística, que prevé sanciones para quienes incumplan con la obligación de mantener esa franja de seguridad en torno a las viviendas.

El alcalde también confía en que en la segunda anualidad de Monte Vivo se incorporen «as tres ou catro» comunidades de Montes que en el primer año no llegaron a participar. Entre ellas, Lores destaca el caso de la comunidad de montes de Tomeza, que inicialmente había presentado un proyecto para actuar sobre 42 hectáreas, en las que se preveía plantar pinos y robles, así como construir un depósito de agua, pero finalmente no entró en las ayudas definitivas.

Además, desde el Concello también se quiere implicar de alguna manera a a sociedad en general en el plan Monte Vivo. Para ello se promoverá la participación de escolares en las nuevas plantaciones.