La conexión con la variante de Marín obligará a la Xunta y a Fomento a reformar todo el sistema viario
20 dic 2007 . Actualizado a las 02:00 h.Seis mil conductores se la juegan a diario en un trayecto de solo 1,2 kilómetros a las puertas de la ciudad de Pontevedra. La clasificación del RACC Automóvil Club sitúa el enlace entre la autovía a Marín y la entrada de la AP-9 como el de mayor riesgo de accidente de Galicia. Pero una gran obra prevista en la zona acabará con buena parte de las características que hacen del vial una trampa para los automovilistas.
La Consellería de Política Territorial y el Ministerio de Fomento prevén remodelar todo el nudo de las inmediaciones de celulosas dentro del enlace de la variante de Marín. El coste total de la obra, que asumirán entre ambas Administraciones, asciende a 27.4 millones. Más de la mitad, 14, se destinarán al conflictivo itinerario de 1,2 kilómetros de la PO-11.
De hecho, los enlaces en forma de Y desde la autovía de Marín (PO-12), tanto desde la villa portuaria como para el tráfico que proviene de Pontevedra y enlaza con la autovía de ronda (PO-11), y que concentran buena parte de la accidentalidad estudiada por el RACC, serán eliminados totalmente. En su lugar se construirá una gran glorieta elevada sobre las vías del ferrocarril a Marín y la propia autovía que discurre paralela a la ría. El proyecto incluye asimismo la modificación de un tramo de 1,2 kilómetros de la propia autovía de Marín.
Sin embargo, mientras la obra no se acomete, el tramo continuará siendo estudiado por el RACC. El club de automovilistas utiliza una metodología diferente a la que pone en práctica la Dirección General de Tráfico (DGT). De ahí que el tramo no figure entre las estadísticas que el Ministerio del Interior realiza sobre puntos negros en cada una de las provincias de España.
Más puntos negros
Lo que sí es cierto es que tanto la DGT como el Ministerio de Fomento colaboran con el RACC. A diferencia de la DGT, que computa como puntos negros los tramos de cien metros que acumulan tres o más siniestros, el club de automovilistas hace una evaluación más exhaustiva. Se emplea un método británico que computa la mortalidad por accidentes hasta treinta días después del siniestro y los heridos graves que ingresan en hospitales hasta 24 horas después de la colisión. La radiografía de la accidentalidad se hace además por un período prolongado de tres años.
De ahí que el tramo pontevedrés no figure en el listado de siete puntos negros que Tráfico ha contabilizado en la provincia, que acumulan tres muertos y 85 heridos en solo ocho meses.