«Las recientes excavaciones de O Burgo no aportan datos ni a favor ni en contra de Turoqua»

M. C.

TUI

23 nov 2007 . Actualizado a las 02:00 h.

La aparición del miliario de Adriano en la excavación de O Burgo de 1988 obligó a revisar todas las teorías anteriores sobre el origen de Pontevedra. El arqueólogo del Museo Provincial, Antonio de la Peña, identificó entonces la ciudad como la antigua mansión Turoqua de la vía romana XIX. Diecinueve años después, De la Peña subraya que esta es la teoría «más lógica» y extendida, aunque reconoce que también «es algo peligroso». «Cuando hablamos de historia antigua tenemos que estar con la mente muy abierta a que cualquier hallazgo puede modificar todo, pero Turoqua es la teoría de datos objetivos, no creencias», indicó.

El arqueólogo habló ayer de todas estas hipótesis sobre la ciudad, incluyendo la de Duos Pontes y la vía XX Per Loca Maritima, y explicó los anteriores hallazgos de O Burgo. «Ahora casi nadie se acuerda de las otras teorías -señaló-. En el 88 se dio un giro de 180 grados y no porque la excavación diese los datos que obligasen a cambiar la historia, sino que propició el ambiente. Al contextualizar el miliario se hizo una criba de datos y se pudo elaborar una teoría más acorde con lo que debió haber pasado. Turoqua es la teoría más lógica de entre varias posibilidades, es la que se basa en datos arqueológicos objetivos y no en creencias. Y si aplicamos el sentido común, y los romanos lo tenían, y había una vía de Tui a Padrón, lo lógico es que no pasase por Tourón. Tenían la depresión meridiana para trazar esta vía toda recta».

Eso sí, falta todavía un testimonio definitivo para darla como la única acertada. «Pues un miliario que ponga esto es Turoqua, pero es bastante difícil», ironiza De la Peña. «Lo que sí está claro es que no es Duos Pontes», añade.

Las recientes excavaciones en el mismo lugar de Pontevedra no han aportado datos «ni a favor ni en contra» de esta teoría, según el arqueólogo. «Quizá un pelín a favor de que la vía romana pasaba por aquí cerca -explica-, por el hecho de que aparezcan más miliarios. Por muy fuera de lugar que estén, son unas piedras suficientemente voluminosas como para andar llevándolas de un lado a otro. Esa concentración de miliarios quiere decir que la vía estaba cerca».