Un museo didáctico sobre el automóvil clásico llega a todo gas a Sanxenxo

Nino Soto

PONTEVEDRA

20 sep 2007 . Actualizado a las 02:00 h.

La historia del siglo XX hubiese sido otra de no existir el automóvil. Así de rotundo fue Ángel Jove, vicepresidente de Anjoca World Cars 1886-1936, una exposición didáctica sobre la historia y evolución de los primeros cincuenta años del invento del modo de transporte más usado en el mundo.

El puerto deportivo Juan Carlos I acoge desde ayer, y hasta el domingo, la muestra que se se lleva a cabo en el marco de actividades de la Vuelta al Mundo a Vela de IMS 670. «Se trata de exponer la evolución conceptual de los primeros años de existencia de los vehículos», afirma Jove, para añadir que en la exposición se puede conocer el desarrollo, entre otros, de los sistemas de freno de los coches, la carrocería, la caja de cambios y el motor.

De hecho, la muestra está compuesta de 32 automóviles clásicos, desde el Triciclo de Benz de 1886 hasta el Mercedes 170 Cabriolet de 1936. «Es obligado contar con el Triciclo de Benz, es una pieza única», apunta el empresario.

En este sentido, los coches forman parte de una colección de 250 vehículos antiguos que Anjoca pretende convertir un día en el museo Casa del Automóvil Jorge Jove. «Es un objetivo muy ambicioso, y la estrella es el componente didáctico de la colección», explica Ángel Jove, momentos antes de inaugurar la muestra en Sanxenxo. «Sería una de los mejores del mundo y seguramente el mejor de toda Europa».

La historia de España no se comprendería sin el Seat 600, la de Francia sin el Dos Caballos, la de Alemania sin el Volkswagen y la de Italia sin el Fiat. «Son símbolos de la industrialización de los países», señala el máximo responsable de la muestra. «La influencia del coche en el siglo XX es total», sostiene. La exposición se divide en cinco etapas, desde el nacimiento del coche hasta la consolidación cerrada de los vehículos en la década de los 30, pasando por la aparición del popular Ford T.