Una concentración pacífica en contra de Manolo Seoane de una veintena de personas a las puertas de la Cámara de Comercio recibió a los accionistas del Club Deportivo Ourense, que ayer ratificaron las cuentas del club y la continuidad de los cinco consejeros que están al frente de la sociedad. Seoane, que aseguró que hubiera querido dejar el cargo en la asamblea de ayer -que empezó con veinte minutos de retraso-, señaló que continuará por responsabilidad pero una de sus tareas será buscar un presidente para el club para que le sustituya lo antes posible, ya que indicó que no tenía tiempo para dedicarle al club tal como el Ourense necesita.
Los accionistas no dejaron de expresar sus críticas por la gestión en el club en los últimos meses. Pidieron explicaciones de por qué se dejó entrar al grupo de Aníbal Pereira si no tenían un proyecto económico consistente. Seoane apuntó que debiera haberse ido con el resto de consejeros cuando entró Pereira, pero que le pidieron que se quedase para que no hubiera un vacío de poder y para firmar. El presidente del Ourense afirmó que pecó de pardillo, aunque aseguró que intentó controlar los gastos y paró tres fichajes en agosto.
A pesar de las deudas del club, presentes y futuras, Seoane asegura que el Ourense «pode saír adiante». Pero este año será duro. Alegó que el presupuesto de esta temporada (de 768.000 euros) lo hizo el sábado por la tarde, pero calcula que habrá déficit en casi todas las partidas de ingresos. De momento, faltan 197.000 euros para conseguir un presupuesto equilibrado en gastos e ingresos. Respecto a si habían perdido seis meses desde el verano sin hacer gestiones para conseguir este dinero, Seoane expuso lo que él gestionó, como conseguir un aval de 47.000 euros, que hay que devolver pues es una línea de crédito, y otros 78.000 euros para pagar tres mensualidades pendientes del año pasado y dos de esta temporada. Además, el presidente apuntó que se reducirían los gastos en fisioterapia.
Respecto a las deudas a largo plazo, apuntó que se pueden ir pagando porque por ejemplo, la más cuantiosa, 1.117.000 euros con Hacienda, se ha de pagar a lo largo de veinte años. Con la Seguridad Social, la deuda es más apremiante. En dos años y medio, el club ha de devolver 170.000 euros.
Hubo accionistas que se alinearon con las críticas de Salinas sobre que el Ourense volvía a ser un club de amigos. Seoane replicó que en el verano les ofrecieron a Pereira y sus colaboradores que se ocuparan de la base del Ourense y que los consejeros actuales fueron calificados como pasados de moda.
Los accionistas dedicaron un aplauso a Juan Pérez -presente en la sala- a petición de un asistente que quiso pedir disculpas por cómo echaron al expresidente de O Couto.
Seoane se compromete a mantener la estructura de la base dejada por el grupo de Aníbal Pereira, pero aseguró que eliminaría los 300 euros que se pagan por escribir en la web oficial del club. Restó importancia a las declaraciones de José Luis Baltar, en las que dijo que el club tenía que morir por sus deudas, señalando que si le piden dinero lo volverá a dar.