Se encienden las alarmas en el seno del Ourense después de dos partidos de pretemporada en los que quedaron en evidencia las carencias de años pasados del equipo rojillo.
El 3-1 final deja bien a las claras que los problemas del pasado reciente del equipo siguen y que o hay un cambio radical o esta temporada todavía será más caótica en lo deportivo que la pasada.
Porque el partido solo tuvo un dominador de principio a fin, el Barbadás, que con un planteamiento serio en lo colectivo, con las líneas juntas y con un buen trabajo defensivo, le bastó para poner en jaque a un Ourense sin ideas, sin fútbol y lo que es peor sin recursos para no estar a merced de un rival de inferior categoría.
Ni los cambios tácticos de Salinas en el segundo tiempo pudieron evitar una debacle como la de ayer, más por la imagen del equipo que por el resultado en sí, que no deja de ser una prueba más de pretemporada.
Balones parados
Y si el Ourense no mostró buena imagen, lo más preocupante fue que los goles todos fueron encajados en jugadas a balón parado. El primero en el primer minuto de juego por Walter Martín, el segundo por medio un ex ourensanista Martín, que lo dedicó con rabia y la cuenta local la cerraría en el segundo tiempo de nuevo Walter Martín.
A balón parado también llegaron las escasas ocasiones del Ourense, en una de ellas Sanginés consiguió recortar diferencias. Lo peor la derrota y la sensación de repetir errores de pasadas temporadas.