No hacen falta grandes discursos para mostrar las ideas de nuestros gobernantes. En este vacío solar del pensamiento que es la política ourensana sobresalieron durante la semana dos frases pronunciadas por sendos alcaldes del PP. Ambos se referían a la manifestación de As Conchas para protestar por el estado de contaminación que tiene el embalse por una bacteria que la Complutense calificó de tóxica y la consellería dijo que era peligrosa para la salud. En As Conchas se había vivido una emocionante jornada de protesta pacífica y civilizada exigiendo la limpieza del río. Pues bien, el balance que hicieron de esa expresión popular dos alcaldes del PP es diametralmente opuesto. El de Muíños, Plácido Álvarez, a la vez portavoz en la Diputación, después de tildar a los manifestantes de «monigotes», dijo: «Que deixen de alarmar, que só queren destruír os pobos por gañar uns votiños». Su compañero de partido, el regidor de Bande, José Antonio Armada, afirmó: «Tienen todo mi apoyo en la reivindicación. A todos nos une el mismo interés». Para uno, monigotes y para el otro, compañeros. Ahí quedan retratados dos estilos del PP. El uno, el oficial, el que está instaurado en la provincia. El otro, el que quiere abrirse paso. Tras escuchar a ambos entiendo que Plácido Álvarez sea candidato a la sucesión de Baltar (en el caso de que falle la operación dinástica) y que Armada haya barrido el 22-M en Bande a pesar de bajar el censo en 2.166 electores. Ambos alcaldes personifican un antes y un después de lo que tiene que ser la catarsis del PP. Tienen que dejar de ver a los ciudadanos como monigotes que votan y callan y considerarlos como iguales y ponerse a su servicio. Ojalá la senda esté ya abierta.