Antonio Vaamonde, catedrático de Estadística de la Universidad de Vigo, fue el encargado de contratar a los primeros profesores de Empresariales. Habla desde la perspectiva del tiempo.
-¿Cómo ha cambiado el papel del docente en estos años?
-Ha habido una evolución notable. En las escuelas universitarias, en aquella época, prácticamente no existía el trabajo de investigación. La mayoría de los profesores se dedicaban exclusivamente a la docencia. Hoy, casi todos, al revés que entonces, se dedican a trabajos de investigación. Hay un porcentaje de doctores muy elevado, mucha más relación con las empresas... Se ha dado un salto de gigante. Es una buena perspectiva para el futuro. Es el camino.
-¿Y los alumnos? ¿Cómo eran y cómo son?
-Parece que los alumnos son más dependientes. Tienen muchos conocimientos tecnológicos pero, a cambio, han perdido capacidad de expresión. Me parece que se expresan con menos precisión. Quizás los alumnos de ahora piensan menos que los de antes antes. Tienen más información pero menos capacidad para resolver problemas.
-¿Tiene que ver con eso la motivación? Ir a la universidad parece ahora una obviedad para muchos jóvenes.
-En otras épocas había menos alumnos y una selección mayor. Llegaban a la universidad en menor número pero con más preparación o con más ambición. Hoy casi todos los alumnos de enseñanza media se han planteado que su futuro está en la universidad. Prácticamente hay sitio para todos.
-Respecto a Empresariales, está claro que no todos se matriculan para acabar siendo empresarios. Pero, ¿realmente hay espíritu emprendedor en las aulas?
-En las facultades se genera un número importante de emprendedores. Siempre fue así. Nacen muchos empresarios. Y algunos que han creado empresas muy potentes. En Ourense también ha ocurrido.
-Su especialidad es la estadística. Y Ourense siempre está a la cola de las estadísticas.
-No de todas. Ourense es como es. Tiene ventajas comparativas. Es pionera en el vino, en el termalismo... ¡y en muchas otras cosas!