Verín y O Barco mostraron su devoción a san Antonio

maría cobas / uxía souto O BARCO / VERÍN / LA VOZ

OURENSE

18 ene 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Sin temor al frío ni a la lluvia en el caso de Verín y sin temor a una carretera peligrosa demasiado cerca en el caso de O Barco, san Antonio congregó ayer a cientos de fieles en Ábedes y Coedo. Eso sí, cada romería tiene sus características y será por eso también, que tuvo su climatología.

En el caso de Verín ni siquiera la intensa lluvia caída durante la mañana logró deslucir la primera fiesta gastronómica y lúdica del año. Centenares de personas se congregaron, desde primera hora del día, ante las hogueras situadas en el monte de la capilla de San Antón en Ábedes, para disfrutar de una cita en la que se unen lo religioso y lo pagano.

Comida campestre

Tras preparar la zona para pasar la jornada y encender las fogatas, algunos valientes y sin temor a la intensa lluvia participaron en la misa en honor al santo. Después tocaba reunirse, junto a la familia y amigos, con el objeto de degustar un típico menú campestre, compuesto por empanada, vino y productos derivados del cerdo, «sobre todo chorizos, que es el producto tradicional de la festividad de San Antón», reconocía Manuel Coutiño, pedáneo de Ábedes. Y ya por la tarde, música amenizada por una charanga y orquesta, hasta bien entrada la madrugada.

Además, el san Antonio de Ábedes coincide con la primera salida de los cigarróns por las calles de la villa del Támega, para anunciar la proximidad de las fiestas del Entroido, lo que lo convierte en una cita festiva por todo lo alto.

Durante la celebración de esta romería, en la que se dieron cita más de 2.000 personas, procedentes de toda la comarca y del norte de Portugal, también se puso en marcha el proyecto Móvete Natura, promovido por la federación provincial de mulleres rurais de Ourense (Femuro), donde voluntarios repartieron ceniceros de bolsillo y bolsas para el reciclaje de la basura entre los asistentes, con el objeto de que el monte quedase limpio una vez finalizase la fiesta.

Por medio de la carretera

Menos trasiego, pero las mismas ganas de fiesta tras rendir devoción al santo, mostraron los vecinos de O Barco. La cita era en Coedo, donde a la una la carretera que discurre en dirección a Carballeda tuvo que ser cortada al tráfico para dejar paso a la procesión. Son apenas cinco minutos de cada vez, mientras los fieles salen de la capilla y vuelven a entrar en ella tras tras bajar hasta el campo de la fiesta, pero suficientes para ver el peligro que entraña. Se trata de una vía de dos carriles sin arcén, por lo que es preciso paralizar el paso de vehículos para garantizar la seguridad de los fieles.

A la hora de la procesión eran muchos, como lo fueron antes, en las misas previas. Los hombres son los que abren el camino, portando la imagen de san Antonio, mientras que las mujeres van detrás con la imagen de la santa. De fondo, las bombas de palenque.

También en Petín vivieron ayer el san Antonio, que coincidió con festivo local. No faltó la procesión previa a la misa, ni la música en directo en el centro social.