Marisco en el hospital

Ruth Nóvoa de Manuel
Ruth Nóvoa OURENSE/LA VOZ.

OURENSE

La cocina del Chou preparará platos especiales para cerca de medio millar de personas en las fechas navideñas

18 dic 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Cada velada festiva tiene un guión. Pero cuando llega la Navidad, muchos de ellos comparten decorado y actores. Un hogar, la familia, las luces del árbol brillando en un rincón y una cocina a pleno rendimiento. Esta estampa no podrán disfrutarla un buen número de ourensanos porque, muy a su pesar, tendrán que pasar las fiestas en una habitación de hospital. Por eso, porque ya tienen bastante con estar enfermos y no poder volver a casa ni siquiera por Navidad, los responsables del servicio de cocina del Chou volverán a hacer un esfuerzo en los próximos días para que la magia de estas fechas se cuele en los platos de los pacientes.

Secundino Guzmán es el capitán de lo que se puede considerar un auténtico batallón. Cada día trabajan en las cocinas del complejo hospitalario cerca de setenta profesionales -38 en el turno de mañana y otras 30 en el de tarde- que tienen la misión de alimentar a casi un millar de un personas. Cocineros, pinches y hasta operadores de una unidad de información que se encargan de trasladar a los fogones los datos que reciben de las distintas unidades de hospitalización. Todos estarán en sus puestos en los días grandes de las fiestas y permitirán que los pacientes disfruten de un menú especial en Nochebuena, Navidad, Nochevieja, Año Nuevo e incluso en la víspera de Reyes.

«Lo preparamos con todo el cariño por nosotros somos, en cierta medida, la familia que tienen los pacientes», explica Guzmán, que reconoce que cada año deben realizar un esfuerzo operativo y de organización para que a las bandejas de los pacientes lleguen platos más elaborados y con sabor a Navidad.

Los menús se presentaron ayer en el Chou, en el que ya es un acto tradicional en el prólogo de las fiestas. De cada uno de ellos se elaborarán casi medio millar, la mayoría para los pacientes pero también para los profesionales que estarán de guardia en las jornadas festivas y que tampoco podrán disfrutar, aunque en este caso por motivos laborales, de una Navidad en casa.

El número de personas ingresadas -y por tanto el número de invitados a estas comidas y cenas - desciende entre un 30 y 35% en esta época del año, según explicaba ayer Secundino Guzmán. Es así porque aquellas personas cuyo estado de salud lo permite vuelven a casa durante unos días. Al fin y al cabo, el marisco en el hospital está bien... pero sabe mejor en casa.