La caída del PP mantiene en el poder al bipartito de Ourense

José Manuel Rubín OURENSE/LA VOZ.

OURENSE

Al candidato popular, ex alcalde de A Merca, no lo conoce la mitad del electorado, que lo puntúa como el peor aspirante

12 dic 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Nada se mueve a orillas de As Burgas. Las lomas que rodean la tercera capital de Galicia hacen que los vientos del cambio no penetren en la masa social ourensana. Todo sigue igual que en el 2007. E igual que en el 2003. E igual que en el último estudio del pasado febrero. El PP se estanca en los 13 ediles y PSOE y BNG se instalan en una inestable mayoría de gobierno sin que el ascenso socialista (¡todo un éxito en medio de la ventolera derrotista que azota a las siglas!) logre más que paliar la bajada de los nacionalistas.

Esta normalidad no es rota ni por el hecho de que tanto PP como BNG hayan elegido nuevas caras para los carteles electorales del 2011. Ninguno de ellos entusiasma a los ourensanos. Al nuevo líder de los populares, Rosendo Fernández, con un pasado público estimable como director del Sergas, subdelegado del Gobierno, diputado y ex alcalde de A Merca, no lo conoce la mitad del electorado. Y los que lo distinguen saben que es un hombre leal a Baltar y hará lo que él le diga. Sea Baltar padre o sea Baltar hijo. El apellido lleva tantos años mandando que las ilusiones ya no brotan entre el electorado conservador como las margaritas en primavera. La estimación de voto del PP es inferior en dos puntos al porcentaje obtenido en el 2007 por el defenestrado Poly Nóvoa. Entonces, con ZP aún saboreando las mieles del talante y con Touriño y Quintana mandando en Galicia, el PP obtuvo en la capital el 42,3% de los votos. Cuatro años después, con ZP castigando a jubilados y funcionarios (la gran masa de electores ourensanos) y con el Gobierno de Feijoo en la Xunta, tan solo el 40,4% dicen apoyar al PP. Dramático escenario para el ex alcalde de A Merca, que pretende dejar la boina para enfundar el birrete.

No le va mejor a la candidata del BNG. Isabel Pérez venció por cuatro votos en las primarias nacionalistas que dejaron tantas heridas como el congreso del PP en los populares. Es la más desconocida (tan solo la reconocen el 43,2%) y desde que la Tenencia se fue al garete, aparece como un apéndice del alcalde socialista. Sobre sus espaldas lleva la crisis del Bloque tras el descabezamiento judicial de sus líderes por un caso de prevaricación, falsedad y cohecho. De los rescoldos de este caso emergió su inestable liderazgo. Más que la líder del BNG parece la segunda del PSOE. El alcalde Paco Rodríguez la trae entre algodones y la potencia en todas las tribunas mediáticas. Sabe que su bien ganada posición (el líder más conocido, con mucha diferencia, y el mejor valorado) puede ser flor de un día si la improvisada candidata del BNG no mantiene unos resultados que, por lo analizado por Sondaxe, dejan el gobierno en el alero. Puede reeditarse el bipartito o regresar el PP a una poltrona que le es esquiva desde que Baltar y los suyos fulminaran a Cabezas.