El festival Reperkusión acortó en su primera jornada las distancias físicas y musicales que existen entre Galicia y Andalucía. O'funk'illo obró el milagro
19 sep 2010 . Actualizado a las 02:00 h.Ni gaitas ni guitarras españolas. En Galicia y en Andalucía hay quien huye de los tópicos y ese grupo de atrevidos se dio cita en la primera jornada del Reperkusión. En Allariz, las distancias físicas y musicales que existen entre las dos esquinas del país se acortaron gracias a sonidos funk. El milagro lo obró O'funk'illo, que se metió en el bolsillo al público reunido en el recinto instalado en el campo de Vilanova, que estuvo lejos de llenarse.
Andreas Lutz, el cantante, hizo referencia en varias ocasiones a la conexión galaico-andaluza. No en vano, otro de los componentes de la banda, el memorable bajista Pepe Bao tiene sus orígenes más cerca del Atlántico que del Mediterráneo. Lo demostró, además, cuando tocó la Rianxeira y alguna otra de esas piezas que forman parte del imaginario colectivo de los gallegos.
El planeta aseituna de O'funk'illo ya había colonizado las tierras alaricanas, aún a pesar del cansancio acumulado por los músicos. Lutz reconoció estar «sin comer y sin dormir» pero tanto él como el resto de la banda lo dejaron todo sobre el escenario. Temas como En el campito o Riñones al jerez no faltaron en un concierto que forma parte de la gira del décimo aniversario de los andaluces. Una década de experiencia que les sirvió para sacar adelante una actuación que resultó algo caótica en las formas.
Sea como sea, O'funk'illo era el plato fuerte del Reperkusión 2010 y no defraudó a quienes apostaron por ellos a pesar de que su éxito entre el gran público caducó hace algunos años. Su funky andalú embrutesío , sin embargo, dejó huella y sus fans son fieles, de modo que hubo feeling y buen rollito entre el escenario y el público.
Fiesta por todo lo alto
El concierto de O'funk'illo fue el momento cumbre de la noche, pero la primera jornada del Reperkusión contó también con otras actuaciones, que, siguiendo con el espíritu funk y de fusión, mantuvo la fiesta por todo lo alto. Poutrelles Fever, Funky Style Brass, Ojos de Brujo Soundsystem y Hilight Tribe estuvieron a la altura de una cita, la alaricana, que ya tiene un lugar de honor en el programa festivalero de Galicia.
La organización fue impecable y aunque el público no respondió con una asistencia masiva, los que sí estuvieron allí lo dieron todo. A falta de un análisis más sosegado de esta octava edición, es de desear que el festival siga en el calendario musical gallego.