El grupo ICG ha solicitado una parcela de 60.000 metros cuadrados para instalar un centro industrial cárnico de alta tecnología en Xinzo. La iniciativa, que supondría la creación de 250 puestos de trabajo directos y 550 indirectos, fue debatida ayer por la corporación municipal, que aprobó por unanimidad la declaración de interés social para este proyecto. Esto ocurrió a pesar de que la portavoz del PSOE, Elvira Lama, expresó sus dudas sobre un posible electoralismo de la iniciativa. «¿É viable ou é un globo sonda cara as municipais?», se preguntó.
Socialistas, nacionalistas y el no adscrito Manuel Cabas apoyaron, sin embargo, la declaración de interés social. Además, acordaron instar a Xestur a ejecutar una ampliación de 200.000 metros cuadrados en el polígono industrial de la localidad para que haya suelo a disposición de esta y otras empresas. Precisamente, ayer el nacionalista Amador Díaz recordó el proyecto de una fábrica de tortillas, que aún está pendiente de encontrar financiación, explicó el alcalde.
Dudas
El regidor, Isaac Vila, informó de que el grupo ICG ya ha comenzado a instalar en Trujillo (Cáceres) otro centro industrial cárnico de alta tecnología denominado CICAT1, mientras que el de Xinzo se llamará CICAT2. La socialista Elvira Lama explicó, no obstante, que concejales del ayuntamiento cacereño le informaron de que allí todavía no han comenzado con los trabajos y que se encuentran en el mismo punto de tramitación que el proyecto de A Limia. Además, dijo que a la compañía le fue adjudicada la gestión del matadero de Badajoz pero que acabó renunciando a la misma.
Sea como sea, todos los concejales se mostraron esperanzados con el proyecto y tanto socialistas como nacionalistas hicieron hincapié en su deseo de que la iniciativa se asiente durante muchos años para que no ocurra lo mismo que con la Vidriera.
El pleno celebrado ayer sirvió también para aprobar por unanimidad una moción del BNG que instará al Gobierno central a cumplir sus compromisos presupuestarios con Xinzo de Limia. Los concejales de la localidad se pusieron también de acuerdo para adherir el Concello a una plataforma contra la conocida como «pulguiña do carballo» y para una moción que reclama igualdad para el hombre y la mujer. También hubo unanimidad para cambiar de ubicación los contenedores subterráneos previstos en la plaza Juan XXIII.