Petín abre el calendario gastronómico

La Voz

OURENSE

06 dic 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Hasta los andares. Si no tanto, casi, es lo que se aprovecha en Valdeorras del cerdo. Como muestra la cita de anoche en Petín, donde se celebró la décima edición de la Festa da freba, que igual que da freba se podía haber llamado de los callos o del chorizo, porque el gorrino se degustó de las tres maneras. Y solo era el principio. Por delante vienen varios meses en los que el San Martiño será efectivo para muchos, muchos, marranos con el objetivo de calmar los estómagos hambrientos de los que acuden a estas exaltaciones gastronómicas.

Anoche, más de setecientas personas se acercaron hasta Petín para disfrutar del lomo asado a la parrilla. A las nueve (momento de abrir las puertas) la cola llegaba a la plaza, impacientes (quizás por la menuda pero incesante lluvia) muchos por entrar en la carpa instalada junto al teleclub.

Hasta que el cuerpo aguantó

Una vez dentro, entre todos dieron cuenta de 80 kilos de chorizos, una gran olla de callos y 250 kilos de carne. Y para bajar todo esto, cientos de litros de vino y licor café. Después, música con un dúo hasta que el cuerpo aguantó. El que se acordó, se llevó para casa de recuerdo una taza de barro y una navaja conmemorativa.

Tras una década de celebración anual ininterrumpida, la de Petín es ya una cita consolidada, y son muchos los que tienen en el sábado del puente de la Constitución el calendario marcado para acercarse hasta el teleclub. Pero no solo para disfrutar, sino también para trabajar. Son los voluntarios, vecinos del pueblo que desinteresadamente colaboran «na organización, en cociñar e en servir», explicaba el alcalde, Miguel Bautista, uno de los que también se puso en faena. «Aquí non se contrata a ninguén, todo se fai con voluntarios», añade. Así, los hay de todas las edades, desde niños a mayores, y con diferente grado de experiencia (todos los años hay alguien nuevo), por lo que las tareas se reparten sin problema. Para que la gente los identifique (y también les deje trabajar), van ataviados con un uniforme especialmente diseñado para la cita. El de este color, mandil grana y sudadera azul (nadie aclaró si en un guiño al Barça).