La obra de mejora de una carretera en Xinzo obliga a talar decenas de árboles

OURENSE

25 nov 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

El inicio de la obra de reforma integral de la avenida de Portugal en Xinzo ha sorprendido a los vecinos, que ya habían desistido de que finalmente se materializase un proyecto por el que llevan esperando más de quince años.

El proyecto permitirá a los cerca de sesenta vecinos que circundan este vial, que enlaza con las carreteras de Cualedro, Baltar y con Portugal, disponer de una nueva red de abastecimiento de agua y también de canalización de saneamiento, de la que carecían hasta el momento. Además de la mejora del firme de la propia calzada, se prevé la construcción de aceras, algo que ayer era lo que más valoraban los vecinos. «Vamos a compra e temos que volver coas bolsas facendo equilibrios para non invadir a carretera polo anaquiño que hai entre a raia e a caldeira, porque ten moitísimo tráfico e sempre parece que te van levar», señalaba una de las vecinas.

Corte de carretera

Pero además de satisfacción por la ejecución de una obra muy esperada, el inicio de los trabajos ha causado impacto negativo en algunos residentes en el municipio, porque la primera labor que están ejecutando los trabajadores de la empresa concesionaria es la tala de todos los árboles de gran tamaño que escoltaban la carretera OU-304 desde el arranque de la avenida en dirección a Portugal.

Precisamente por entender que esa tala era excesiva y que no se ajustaba a las estrictas necesidades de la obra, ayer un representante de la asociación cultural O Muíño da Lama, Xosé Lois Carreira, protagonizó una protesta cruzando su vehículo en la carretera durante una media hora en protesta «pacífica e cívica, pola tala destas árbores con máis de 150 centímetros de diámetro e oitenta anos de antiguedade», según explicaba con ayuda de un megáfono a los residentes que se arremolinaron en el lugar y a los conductores que pacientemente esperaban a que se desbloqueara el paso.

Algo que ocurrió tras llegar a la zona un par de dotaciones de la Guardia Civil que finalmente convencieron al manifestante para que depusiera su actitud.

Daños en las viviendas

Los argumentos esgrimidos por el representante de esta asociación cultural no eran compartidos por algunos de los residentes en la zona, que consideran que «estorban dende hai moito, e temos que subir aos louxados a limpar cada pouco porque se enchen de follas e ramallos e tupen os caños», matizaba Josefa. Dos de sus vecinas opinaban igual y además apuntaban que «cando poñan outros teñen que ser máis pequenos, que non cheguen aos louxados porque lle dan coas ramas e fan danos».